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n un comunicado enviado a Informe Digital, precisan los fundamentos que la labor del docente de educación inicial, requiere niveles adicionales de dedicación, atención y paciencia que, con el correr de los años, pueden ir generando importantes grados de estrés o agotamientos prematuros, los que deben ser tenidos en cuenta a la hora de otorgar el beneficio de la jubilación.En los fundamentos del proyecto, presentado por los representantes de los departamentos Villaguay y La Paz, Héctor Argain y Juan Ramón Fleitas, respectivamente, a fines de septiembre, se indica que el proyecto tiene por objeto “reducir la edad para acceder al beneficio de la jubilación y los años de servicio al frente directo de alumnos de los docentes de Educación Inicial”.
En el caso de los docentes varones la edad se reduce de 54 a 49 años, mientras que para las mujeres de 52 a 47 años. También se busca reducir la cantidad de años de servicio de 25 a 20 años. Precisan los legisladores que se tiene en cuenta que “el período correspondiente a la educación inicial tiene una identidad propia, diferente a los demás ciclos educativos, tal como la tiene la etapa infantil a la que atiende”.
Argain y Fleitas explican que “es de fundamental importancia en este nivel la función de socialización del niño –además de la pedagógica- que desempeñan los docentes. Esto significa que la educación debe estar orientada a la recreación y apropiación de valores, hábitos, conductas, modelos normativos, modos de interacción, etc. que implican la convivencia en una sociedad. Es por ello que los docentes de este nivel deben recurrir a una formación y métodos de enseñanza y estimulaciones propios”.
Agregan en los fundamentos del proyecto, que será girado a la Comisión de Legislación General, que “el docente del Jardín de Infantes asume el compromiso y la responsabilidad de recibir a los niños durante la etapa inicial de sus vidas (desde los quince meses hasta los cinco años), una de las más vulnerables a distintos tipo de riesgos”, por lo que “a partir de allí se construye una nueva relación entre chicos, padres y docentes, que sólo es factible con confianza y seguridad mutua”.
Para Argain y Fleitas esto genera un marco en que “la labor del docente de educación inicial requiere niveles adicionales de dedicación, atención y paciencia que, con el correr de los años, pueden ir generando importantes grados de estrés o agotamientos prematuros”. Los senadores sostienen que “en reconocimiento a todo esto se debe hacer la modificación, compensando la especial tarea de los docentes de nivel inicial”.