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odo municipio cobra un 8,6956% como contribución única y luego cada uno fija a su arbitrio una tasa municipal para los distintos renglones de consumidores (residenciales, comerciales e industriales). En la ciudad de Paraná, es del 21%. En Villaguay está el caso más alto, donde se aplica el 34% y en lugares como Villa Libertador es del 5%. Por otra parte, Molina aclaró que en lo que respecta a los industriales, en todos los municipios de la provincia se paga el 2%, en el caso de comercio los parámetros oscilan entre el 8 y 34% y en los residenciales entre el 5 y el 34%.

Siguiendo con el desglose, en los renglones siguientes de la factura de luz aparecen dos impuestos nacionales, el IVA y un impuesto proveniente de una obra realizada en la provincia de Santa Cruz. Al respecto Molina comentó que “se realizó porque esa provincia no estaba conectada al servicio interconectado nacional. Hubo que hacer una gran obra, se sacó una ley y todos los argentinos aportamos 0,60% que aparece en la factura para hacerla. Ya está concluida, pero el impuesto aún se sostiene con el argumento de que hay que pagar la obra”.

Continuando con la descripción de la carga tributaria, el funcionario explicó que luego sigue el impuesto provincial que se aplica exclusivamente a los residenciales que consumen arriba del 150 Kwz por mes y que tiene dos escalones: el 15% para los que consumen hasta 300 Kwz y para quienes superen este nivel el 18%. Lo recaudado por este impuesto se incorpora al Fondo de Desarrollo Eléctrico Provincial, que se utiliza para realizar obras de energía, electrificación rural, gas, entre otros destinos. “El problema que me parece central es la incidencia de esta carga, que en el ejemplo que se ha dado en los medios de comunicación, diría que se es generoso porque en algunos casos se reparte por iguales proporciones el consumo de energía versus la carga impositiva. Lo importante aquí es que cuando nos comparamos con las otras provincias de la Región Centro y tomamos el primer renglón, que es consumo de energía y de cargo fijo, somos los más económicos”, dijo el secretario de Energía provincial. Asimismo, aclaró que “en la práctica la contribución única más la tasa municipal sumada se utiliza para compensar los consumos propios, los consumos que se producen por los edificios municipales, el bombeo del agua potable y el alumbrado público. Pero entre lo recaudado y lo gastado, existe en el 90% de los municipios, un superávit muy alto, al menos en algunos casos. Es un tema que viene de larga data”.

Al respecto, el funcionario comentó que la contribución única municipal proviene “de los tiempos de Agua y Energía, cuando el servicio eléctrico nacional era prestado por esta empresa nacional, que pagaba el 4% en todo el país y que además estaba exenta de pagar ciertos impuestos municipales. Epeer pagaba una contribución única a los municipios y juntas de gobierno del 6% y cuando se privatizó ese porcentaje se trasladó al índice actual de más del 8%”.

Carlos Molina continuó diciendo que “los intendentes, en su momento, cuando se realizó el acuerdo en 1996 firmaron y aceptaron esto. Más allá de los comentarios hay que remitirse a los números. Cuál es el balance final que le da cada municipio para la aplicación de sus tasas.

Puedo asegurar que en el caso de Paraná, sin tener los números actualizados, en el tiempo de la gestión de Varisco no creo que el superávit mensual haya sido inferior a los 180 o 200.000 pesos por mes y como la venta de energía se ha incrementado, este número se ha engrosado también”.

Finalmente se refirió al 2001, durante el que se cobraba en un municipio el 65% de tasa municipal. “Lo que se hizo mediante el decreto provincial, fue determinar bandas. Entre el 64 y el 50% se fijó el 49%. La provincia está obligada a recaudar, porque esta es una atribución suya, pero no a recaudar cualquier cosa. En todo caso los municipios si quieren completar la recaudación lo harán a través de otro mecanismo y no a través de la boleta de luz”, concluyó el funcionario.