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En la Asociación Concordiense de Jubilados de calle Andrade 300, se realizó la anunciada asamblea de centros de jubilados de la región, para tratar la crisis que hoy atraviesa el PAMI de la Costa del Uruguay, a cargo de Patricia Ledo.

Cuando promediaba la asamblea, sorpresivamente llegó al lugar la titular de la UGL Local (Dra.Ledo) en un patrullero de la Policía Federal. Según informaron los representantes de los jubilados, simultáneamente llegaron en un auto particular el yerno y chofer de la Dra. Ledo, Marcos Jiménez y Sergio Schneider, persona de estrecha relación con la nombrada.

Pero ese despliegue tomó dimensiones de “patota” cuando se sumaron cuatro empleados del PAMI Concordia vestidos con camisas oscuras en clara intención de “acompañar” la movida. Se trataba de José Pepe Catalini (exonerado de la Policía de Entre Ríos), Raul Vargas (exonerado de la Municipalidad de Concordia) y otras dos personas con antecedentes policiales, pero que continúan en funciones en la obra social de los jubilados, reciclados del Alasinismo (nombrados en la época del ex procesado Alderete).

La Dra. Ledo notoriamente fuera de sí, irrumpió en plena asamblea intentando abortar la misma y, -siempre según testimonios de los propios jubilados- amenazando con cerrar ese Centro.

La reacción de los presentes pasó de la sorpresa a la indignación cuando la Dra. Ledo pidió tres meses de tiempo para regularizar la situación con los prestadores, fue cuando la trataron de mentirosa y autoritaria. La intención de hacerla callar fue infructuosa y la titular del PAMI insistió, hablando a los gritos - relataron los jubilados presentes.

Ante la actitud de la funcionaria, el presidente del Centro de Jubilados, anfitrión de la asamblea, Armando Tisocco intentó calmarla y tomándola de un brazo la invitó a retirarse. Fue cuando José Pepe Catalini, ex guardaespaldas de Alasino y a la sazón, protector de la Dra. Ledo, amenazó con retirarles los subsidios a los representantes de los centros de jubilados presentes.

Cabe resaltar que el mencionado Pepe Catalini, un violento de pura cepa, está como encargado de un área tan sensible como es la de Relación con los Beneficiarios.

Por otra parte, este martes se realizó una manifestación frente a la sede del PAMI y una jubilada que intentó ser entrevistada por un medio local fue amenazada por el “custodio” de Patricia Ledo, el mencionado Schneider.

No conforme, amenazó al encargado de una cabina telefónica, situada a 50 metros del PAMI, cuando la afiliada intentó establecer una comunicación telefónica a los medios periodísticos para relatar lo que estaba sucediendo y denunciar las presiones.

Para entender un poco lo que está en juego en este conflicto hay que contemplar que confluyen dos factores, que al unirse se potencian.

Uno, es el esfuerzo de la Dra. Ledo por romper con la corporación médica, que ve perder sus privilegios y dicen sentirse perjudicados por la resolución que baja a nivel nacional de que el PAMI negocie directamente con cada prestador, dejando sin sentido el IPSER y las asociaciones que nuclean a los profesionales.

Pero por otro lado, la actitud iracunda y agresiva de la titular del PAMI en su relación con los afiliados, la persecución con el propio personal que no se pone su “camiseta” y su discriminatoria actitud con el periodismo crítico o independiente, han terminado por erosionar su imagen en muy breve tiempo. Tan rápido que la Dra. Ledo, quizás ya no tenga espacio para reflexionar que las intenciones loables se deben desarrollar en democracia, se coronan con el objetivo cumplido y se legitiman sin actitudes fascistas o totalitarias.

Los jubilados de la costa del Uruguay pedían su renuncia, agitando un fantasma que puede convertirse en su propio verdugo, si la obra social sigue en este caos, esté quien esté al frente del PAMI.