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os pequeños de siete y 10 años debieron ser internados ayer de tarde en el Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, tras protagonizar un hecho más que alarmante, en el que –aparentemente- mediaron determinaciones que pudieron convertirse en una verdadera tragedia en un episodio que, cuando sucedió, no contaba con la presencia de personas mayores para controlar la situación.De acuerdo a fuentes policiales, el hecho ocurrió en una finca ubicada en calle Moisés Lebensohn al final, en jurisdicción de la comisaría decimotercera, donde varios niños de corta edad se encontraban jugando.
Entre esos menesteres, uno de los menores resultó lesionado en la cabeza, tras recibir un impacto con un elemento contundente -según versiones golpeado con una botella- que habría sido arrojado por otro de los niños, pariente del que resultó lesionado.
A raíz de este golpe, el menor de siete años empezó a sangrar profusamente y ante la desesperación de quienes estaban allí, una mujer mayor de edad, que sería hermana del chico lastimado, optó por salir corriendo con el niño en brazos y, en una bicicleta, trató de llevarlo a un centro asistencial para que lo atendieran.
· Asistencia
De acuerdo a la fuente consultada por El Diario, en el camino se cruzó con un móvil policial que le brindó ayuda y finalmente lo trasladaron al Hospital de Niños, donde fue atendido en la sala de guardia y posteriormente lo dejaron en observación.
Pero a partir de ese momento, otro drama mayor se empezaba a desencadenar, ya que tras dejar al pequeño lesionado en manos de los médicos, se centró la atención en el otro menor, el que repentinamente se alejó del lugar donde habían estado jugando, el que terminó siendo escenario del violento desenlace.
El horror se apoderó de quienes buscaban al menor, cuando lo encontraron, varios minutos después del hecho, con un cinturón ceñido al cuello, con el que estaba colgado dentro de la casa.
Fue la madre del joven la que lo halló en esta macabra escena y de inmediato se desesperó por liberarlo de esa situación, rogando que aún estuviera con vida.
De inmediato, los familiares del pequeño que –supuestamente- tomó esta drástica determinación, lo auxiliaron y lo trasladaron de urgencia al Hospital San Roque, donde debió ser derivado directamente a la sala de cuidados intensivos, donde al cierre de esta edición permanecía en observación.