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Sin que nadie pudiera hacer nada, el chico apenas salió cayó al suelo sin conocimiento y presa de convulsiones, por lo que se denunció el hecho al Comando Radioeléctrico y se solicitó la presencia de una ambulancia.

Cómo el móvil demoraba en llegar, los uniformados lo cargaron en un patrullero y lo trasladaron al Hospital San Martín donde los médicos de guardia intentaron estabilizar la grave falla respiratoria —fuentes hospitalarias aseguraron que con un aspirador se consiguió sacar un chicle que el menor tenía en su garganta— pero el trabajo de reanimación fue infructuoso porque el chico falleció alrededor de las 5.15.

El juez de Instrucción en Turno, Ricardo Bonazzola, enterado de lo ocurrido dispuso el trasladado del cuerpo a la Morgue Judicial de Oro Verde para la realización de la autopsia de ley y la posterior entrega del cuerpo a sus familiares.