E
l hombre, de 59 años, domiciliado en avenida Ricardo Balbín y de quien se solicitó no trascendieran sus datos filiatorios, se presentó en horas de la mañana de ayer en el cuartel de Bomberos, donde fue recibido por el jefe, subcomisario Arturo Benedetto, a quien se le entregó dos proyectiles antiaéreos completos de 20 mm, uno de los cuales sería de cabeza explosiva, los cuales están en perfecto estado y son sumamente peligrosos.Estos elementos –indicó quien los habría encontrado– estaban a orillas del arroyo, donde habían concurrido a pasar un día de camping y pesca en familia. El hombre manifestó que los encontró alrededor de las 15.30, y por razones particulares pudo llevarlos recién ayer.
El hecho fue informado inmediatamente a la jueza Estela Natal de Rebossio, del Juzgado de Instrucción en turno, quien dispuso la intervención de personal militar especializado y ordenó que los proyectiles sean destruidos, diligencia que se concretaría en horas de la mañana de hoy en las instalaciones del Batallón de Ingenieros.
Con este ya suman ocho los casos de hallazgos de elementos explosivos en la provincia. Cabe recordar que el primer hecho ocurrió el 26 de enero, cuando un grupo de chicos –que pescaba– encontró una granada de mano en un arroyo cercano al balneario Banco Pelay. El elemento fue destruido sin inconvenientes. El segundo caso fue el que conmovió a toda la comunidad, ya que le costó la vida al adolescente Jesús Domínguez, de 16 años, quien el 26 de marzo detonó accidentalmente un PDF antitanque encontrado en el arroyo La China, en la zona de la costa del Ejército.
Tras este caso comenzaron a aparecer otros artefactos, como una bomba de vieja data que fuera encontrada por un vecino de calle Alberdi al 1600, hecho sucedido el 29 de marzo.
Dos días más tarde un joven dio aviso sobre la aparición de un proyectil de mortero, el cual estaba tirado junto a un aserradero. El artefacto estaba en perfecto estado y se destruyó en lo que fue un importante operativo entre el Ejército, Policía y Bomberos. El último caso fue el ocurrido el 6 de abril, cuando un hombre dijo haber encontrado un trozo o pan de trotil en calle Galarza a metros de la terminal de colectivos. El incidente llamó la atención y causó alarma, más allá de que este elemento por sí solo no es de peligro, ya que es necesario un detonador especial para hacerlo explotar. (Diario Uno)