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n hombre oriundo de la ciudad de La Paz, que desde hace nueve meses estaba detenido por matar a Héctor Monzón con una fija de pescar, recuperó la libertad ayer luego que la Cámara Penal lo condenara ayer a la pena de tres años de prisión condicional por entender que el delito que había cometido era Exceso en legítima defensa y no Homicidio simple, como había llegado imputado al debate. El encartado, Ángel Félix González, un changarín de 46 años, fue juzgado acusado de haber matado a Héctor Monzón la noche del 3 de setiembre de 2004 en el barrio Feria de la ciudad de La Paz, cuando el occiso intentaba quemarle la casa de chapa de cartón a Julia Gómez.

La mujer, de 55 años, que falleció a principios de 2005, era viuda, ya que Monzón había matado a su esposo una década atrás. Los desesperados gritos de auxilio de la mujer alertaron a González, quien pasaba por el lugar. Al parecer la víctima enfrentó a golpes a González, con el resultado de Monzón gravemente lesionado con la punta de hierro del elemento de pesca, muriendo sentado en la baranda de un puente cercano a la precaria vivienda donde había ocurrido el problema.

El fallo del tribunal de la Sala II de la Cámara del Crimen integrado por los camaristas Jorge García, Raúl Herzovich y Teresita Nazar fue unánime, aunque no compartieron los fundamentos alegados por la defensa de González, que había peticionado la absolución de culpa y cargo. Además los camaristas impusieron una norma de conducta para González por el lapso de dos años. Al conocerse la parte resolutiva del veredicto, el acusado, quien ayer declaró y reconoció el hecho, permaneció en su silla con la misma parsimonia que mostró durante todo el proceso.

Alegatos

El plenario fue el último juicio del experimentado fiscal Juan Carlos Almada quien desde ahora se desempeñará como agente fiscal. Almada en sus alegatos peticionó la pena de nueve años de prisión para el encartado por entender que “las pruebas obrantes en el plexo probatorio dejaban en claro que no había racionalidad en el medio empleado, ya que el occiso sólo tenía un encendedor como arma y el encartado utilizó una fija de hierro para defenderse de una persona que además estaba alcoholizada”. También el fiscal basó su alegato en el testimonio brindado por Julia Gómez en instrucción, donde la mujer había manifestado, a su criterio, algo totalmente distinto a lo expuesto por el encartado.

Por su parte la defensora oficial Mirta Acuña hizo hincapié en que González no tiene antecedentes penales y que ni siquiera tenía problemas con Monzón, otro de los argumentos que refuerzan la postura de la Cámara de que el encartado defendió a la mujer que estaba en inferioridad de condiciones debido a su convalecencia y que, estando en su propia casa encerrada, no tenía cómo defenderse. Acuña discrepó con el fiscal por tener en cuenta el testimonio de Gómez y por tal motivo pidió la absolución de su cliente.

González, padre de tres hijos, recuperó la libertad ayer luego de permanecer detenido durante nueve meses en la Unidad Penal NºI en Paraná.

El hombre antes de retirarse, enfrentó los micrófonos de los medios locales y afirmó: “Jamás tuve intención de matar a alguien”. (Diario UNO)