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e las 49 personas atendidas, 45 sufrieron quemaduras por uso de pirotecnia, tres, al destapar botellas de sidra o champaña, y una sufrió heridas por agresión.La disminución de heridos más importante se registró en el Instituto del Quemado, que el año pasado atendió a 45 personas y este año a 15, mientras que en el Lagleyze, los casos descendieron de 23 a 10. En el hospital oftalmológico Santa Lucía fueron atendidas 24 personas, 22 por heridas causadas por el mal uso de elementos de pirotecnia, una por lesiones oculares provocadas por el impacto de los corchos, y una, por agresión.
En tanto, otra persona debió ser intervenida quirúrgicamente al estallarle una botella que sacaba de la heladera, señalaron las fuentes consultadas, que precisaron que de esas 24 personas, 19 son varones y 5 mujeres, quince son menores de 15 años y nueve mayores de edad.
En el Instituto Pedro Lagleyze, especializado también en lesiones oculares, fueron atendidas 10 personas de entre 4 y 60 años, de las cuales ocho sufrieron lesiones por manipulación de pirotecnia y una de las cuales debió ser sometida a una cirugía.
En tanto, dos jóvenes, de 19 y 35 años, padecieron lesiones en la vista al destapar bebidas, precisaron a Télam las fuentes consultadas.
En el Instituto del Quemado fueron atendidas 15 personas -nueve adultos y seis niños- que ingresaron con quemaduras, fundamentalmente en las manos. En este hospital se registró una disminución importante de casos respecto del año pasado, cuando se debió asistir a unas 45 personas, señalaron las fuentes consultadas.
Fuentes médicas atribuyeron la disminución de casos al «efecto Cromañón», en referencia a la muerte de 194 personas en diciembre del año pasado, en el boliche del barrio porteño de Balvanera de ese nombre, cuando se inició un incendio al arrojarse una bengala. En este sentido, los médicos reiteraron que «no hay que usar pirotecnia».