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China es la cuarta economía del mundo y crece a ritmo sideral. Sus inversiones en el extranjero se duplican anualmente y Argentina no se queda fuera de su alcance. Lejos de los números rimbombantes, el desembarco ya comenzó y el rubro principal son “los mercaditos”. Las principales zonas que han recibido estas inversiones son Capital Federal, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

Precios al costo o muy bajos, tratamiento impositivo especial y una dinámica de expansión agresiva son alguna de las característica de los chinos en este rubro.

Por ello la reacción del Centro de Almaceneros de Paraná que pretende la protección de los comercios nacionales: “Nosotros vamos a seguir con el planteo para tratar de limitar la instalación, no es que no se instale nadie”, afirmó José Marcheta, “queremos una ordenanza para tratar de no quedar en el camino”, señaló.

Según la consultora ACNielsen casi dos mil almacenes de origen asiático se instalaron sólo en Buenos Aires y 700 en el interior del país, lo que significa la entrada de aproximadamente 250 millones de dólares por todo concepto. A esto hay que sumarle que la habilitación de estos comercios no presenta ninguna restricción por nacionalidad o prudencia y de hecho. Desde el organismo que controla y extiende las habilitaciones de comercios, dependiente de la comuna paranaense, aseguraron en declaraciones al programa Entrevistas de Canal 11 que “se están realizando todos los controles”.

Para tratar de buscar una solución al conflicto que tiene a los más pequeños en la escala comercial en el centro del debate, el intendente de Paraná, Julio Solanas suspendió las habilitaciones por 120 días.

El titular de la bancada justicialista en el Concejo Deliberante Juan Carlos Albornoz señaló que “hay que manejarse con mucha prudencia ya que la Constitución Nacional en su artículo 20 establece que todo extranjero puede ejercer libremente el comercio en Argentina, pero también tenemos el artículo 14 que establece que lo tiene que hacer en forma lícita”.

En tanto desde el Nuevo Espacio, el edil Aldo Bachetti se encargó de recordar que la ley de hipermercados está próxima a cumplir tres años sin poder aplicarse por no constar con la reglamentación. Además afirmó que el supermercado asiático que se encuentra en calle Ramírez “tiene tres empleados, paga la tasa de higiene, el convenio bilateral ingresos brutos, los sueldos, la energía eléctrica, y denunció ventas por $11.317, 37 en el mes de setiembre. ¿Cómo hacen?” se preguntó.

Una de las creencias más difundidas sobre el accionar de los supermercadistas chinos es que su estancia sería pasajera en países como el nuestro. La estrategia consistiría en permanecer un tiempo, acumular ganancias en pequeños comercios, para saltar a los mercados de las grandes potencias.

A raíz de esto el Concejal Luis Pando sugirió que se podrían reformar los requisitos de habilitación solicitándoles que tengan la residencia permanente en el país. Además afirmó “en cualquier parte del mundo hay leyes proteccionistas, nosotros estamos con todo el derecho de hacerlo, o acaso no sabemos que en cualquier parte para ser peón hace falta tener todo en regla”.

Como dato ilustrativo, cabe aclarar que según un informe de la Dirección Nacional de Migraciones delegación Entre Ríos, los propietarios de los comercios orientales que hoy se encuentran en el centro de la polémica, “se encuentran debidamente documentados respecto a la parte migratoria”.

En la ciudad de Paraná, el debate recién empieza porque la problemática en parte, es nueva, pero sólo basta con observar algunos datos de lo que ha ocurrido en ciudades como Capital Federal para asombrarse. El 50% de los porteños realizan en forma habitual una compra en estos mercaditos y si sumamos a la medición el conurbano bonaerense ocupan el 15% de las ventas.

Con estos antecedentes el Municipio de Paraná pretende convocar a todos los actores para elaborar una salida consensuada a este problema. El secretario de Planificación, Luis Zatti, destacó a Canal 11 que pretenden resolverlo cuanto antes, “por eso hemos sido muy cuidadosos en poner el tiempo” de plazo.

Lo cierto es que la “marea roja”, el “gran dragón” o el “gigante asiático” ya ha puesto un pie en nuestra ciudad y lejos de ser rechazado se debe promover la reflexión que no existió en otros momentos cuando arribaron capitales europeos, por citar algunos. Si una vez más se descuida a los propietarios locales, tal vez estaremos lamentando consecuencias que ya vivimos. Por ello un debate serio, responsable, integrador y con una visión de futuro que permita la convivencia con objetivos claros es lo que debe primar.