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as consecuencias de la tormenta seguían a la vista en diversos puntos de la ciudad. En Zelaya 1644, un añoso paraíso seguía derrumbado sobre el tendido aéreo y la reja de una vivienda, lo que provocó el corte del tránsito en la cuadra.Sobre Vila y Zelaya, un cable preensamblado de la EPE quedó enroscado sobre una rama. 'Mientras no saquen el árbol, ni siquiera pueden poner un poste nuevo y elevar el cable', se lamentó la vecina de la esquina.
En Casiano Casas al 1200 (esquina Washington), Angela estaba desconsolada. Se quedó sin luz a primera hora del domingo y hasta ayer no podía lograr que la EPE le repusiera el servicio. 'Justo el sábado fui al súper y había llenado la heladera, perdí toda la leche, manteca, yogur, todo', dijo la ama de casa agarrándose la cabeza.
Su hijo buscó el lado positivo del drama doméstico. 'Por lo menos no hace calor, y no necesitamos los ventiladores', sonrió el adolescente. Una postal similar se repetía en todo el noroeste, como en Anchoris al 1300, donde una columna enredada de cables dificultaba la circulación vehicular.
Luego de la tormentas, los vecinos de Alem al 1200 advirtieron sobre lo que pudo haber sido una catástrofe 'similar a la de Cromañón'. Según denunciaron, a un boliche ubicado en esta cuadra se le hundió el techo de chapa, que cedió por el peso del agua de lluvia acumulada. 'Estaban las descargas obstruidas, por fortuna no fue una desgracia', advirtió un vecino.
En Nuevo Alberdi, el fuerte viento les voló las chapas y los tirantes a unas ocho familias, que ayer recibieron la ayuda de Promoción Social para rearmar las precarias viviendas ubicadas en Lusurriaga y Bouchard.