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aseotto denunció que "se está probando en todo el país una campaña" para legalizar el aborto. Más aún, sostuvo que "en el fondo hay una campaña contra la Iglesia". Y acusó a los medios de comunicación de ser funcionales a esa ofensiva y de "inflar y desfigurar" los términos de su dura crítica al ministro de Salud, Ginés González García, que originó la polémica.En declaraciones a una radio de Añatuya, Santiago del Estero, de donde era obispo hasta ser designado en el obispado castrense, Baseotto insistió, además, en su cuestionamiento a la promoción del preservativo como medio par evitar el contagio del sida. "El látex tiene poros mucho más grandes (que el virus) y pueden ser traspasados en una proporción de 250 contra uno", reiteró.
En ese sentido, sostuvo que esa proporción a la vez que "favorece los actos inmorales, pone riesgo la vida de muchos jóvenes y por eso me pronuncié fuertemente".
Ayer, Baseotto recibió el apoyo de otra personalidad del Vaticano, el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia de la Pontificia Ciencias Sociales.
"Me uno en tu lucha contra el aborto", le dice Sánchez Sorondo en una nota. El religioso va más allá y, en un implícito cuestionamiento al pedido de Kirchner, le dice a Baseotto que con sus críticas "no sólo has sido fiel a tu deber de obispo, sino también —como obispo castrense— al presidente" porque éste igualmente se opone al aborto.
Kirchner pidió la remoción de Baseotto luego de que el obispo castrense le enviará una dura carta a González García por sus declaraciones a favor de la despenalización del aborto y el reparto de preservativos. Baseotto lo acusaba allí de cometer "apología del delito de homicidio por promover la multiplicación del aborto". Además de que le advertía que el Evangelio dice que aquellos que "escandalizan a los pequeños merecen que se les cuelgue una piedra al cuello y sean tirados al mar".
Estas afirmaciones despertaron una ola de críticas, especialmente por la asociación de la figura bíblica con los llamados "vuelos de la muerte", denunciados por el ex capitán Adolfo Scilingo, cuando presos de la dictadura eran arrojados al mar desde aviones. El ministro de Defensa, José Pampuro, convocó a Baseotto para expresarle el malestar del Gobierno, pero éste inicialmente se negó a ir. Finalmente, concurrió y ratificó "en general" sus dichos.
Paralelamente, Baseotto obtuvo el respaldo del presidente de la Pontificia Comisión Justicia y Paz (la Pastoral Social del Vaticano), cardenal Renato Martino. La conducción del Episcopado guardó silencio y sólo lo rompió para difundir el miércoles una carta que le había mandado Baseotto, donde afirmaba que había sido malinterpretado y que, de ninguna manera, propugnaba la violencia contra el ministro de Salud. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el canciller Rafael Bielsa aclararon el jueves que el Gobierno de ninguna manera impulsa la despenalización del aborto.