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El secretario de Culto fijó una vez la firme posición del Gobierno nacional, y no aceptó el pedido del Vaticano para que Argentina aclare por escrito los alcances del decreto presidencial por el cual se le quitó el aval que en su oportunidad se le había dado a Baseotto como obispo castrense.

Especialmente, El Vaticano -y también la Iglesia Católica argentina, a través del Episcopado- quiere tener precisiones 'escritas' sobre las limitaciones o no de Baseotto para continuar con su labor pastoral y con su ministerio episcopal.

'El decreto del Presidente lo interpretan los jueces. El Gobierno no tiene por qué hacer ninguna aclaración al respecto, y además en Argentina está ampliamente demostrado que existe una libertad de culto total', afirmó Oliveri al ser consultado sobre posibles 'explicaciones'.

En tanto, desde esa posición de firmeza Oliveri imaginó que en el futuro se podrían 'revisar acuerdos' realizados con El Vaticano, recordando que algunos de ellos fueron suscriptos bajo gobiernos de facto y que en la actualidad podrían 'no tener sustento real'.

'Bajo una relación amigable sería bueno revisar acuerdos', insistió Oliveri, y en ese marco señaló que tendría que 'entrar en discusión' la vigencia de la Vicaría Castrense.

Con respecto a las duras expresiones formuladas en la víspera, en la celebración de la fiesta de la Pascua, por el arzobispo de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta, quien se preguntó si 'la locura vuelve a regular la relación entre el Estado y la Iglesia', Oliveri estimó que sería una buena actitud elegir el 'camino de la prudencia'.

'En general, la posición de la mayoría de los obispos es el camino de la prudencia, pero también hay alguno que se sale de ese camino, pero son los menos. El Gobierno con este tema fijó posición y no hay más discusión', enfatizó el funcionario.

Oliveri dijo además sobre las expresiones de Giaquinta que 'traer elementos de la historia' no ayuda en esta realidad, en respuesta directa a la reflexión del obispo sobre la crisis entre la Iglesia y el ex presidente Juan Domingo Perón, en la década del 50.

'No me parece que este tipo de expresiones ayuden a encontrar soluciones. No las comparto, son extremas y se separan del conflicto real, que tiene solución', instó Oliveri.

Giaquinta, presidente de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado, cargó con dureza contra el presidente Néstor Kirchner 'porque arremetió contra el obispo castrense' y en esa línea se preguntó si Argentina 'será una sociedad democrática o regirá en ella la ley del chicote' (látigo).

'Hoy la locura vuelve a regular las relaciones del Estado con la Iglesia', planteó Giaquinta, quien luego recordó que en julio pasado 'el presidente Kirchner agredió gratuitamente a los obispos que hablamos de la pobreza, lo cual fue una agresión a toda la ciudadanía'.

Finalmente, el arzobispo de Resistencia definió el manejo que tuvo el conflicto del Gobierno con el vicario castrense como 'una torpeza' del Poder Ejecutivo.