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egún informó en un comunicado de prensa, el Fondo Monetario quiere abordar "una nueva evaluación de la sostenibilidad de la deuda, tras el final del proceso de reestructuración".El organismo multilateral de crédito sostuvo que "un importante próximo paso sería para el staff discutir con las autoridades argentinas una nueva valoración de la sustentabilidad de la deuda, en el contexto del artículo cuatro" del acuerdo firmado en setiembre de 2003, el cual prevé la instrumentación de reformas estructurales en el sector fiscal, financiero y de servicios públicos.
El FMI recordó que el primer tramo de las "discusiones técnicas" con los funcionarios del Palacio de Hacienda se realizaron "en Washington recientemente y se espera que continúen en las próximas semanas".
En términos muy distintos, el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, apoyó la decisión de Brasil de no renovar su acuerdo stand-by y atribuyó la medida a los "resultados impresionantes" de sus políticas macroeconómicas.
"La decisión de las autoridades refleja los resultados impresionantes, generalmente superiores a las expectativas, de la estabilización macroeconómica de Brasil y de las políticas de reformas que han sido apoyadas por el actual acuerdo", dijo Rato en un comunicado.
Argentina y Brasil tomaron dos caminos muy distintos para encarar sus problemas de deudas.
Por un lado, la Argentina entró en default con los acreedores privados y desoyó los consejos de mejorar la propuesta de deuda y avanzar en reformas estructurales.
Con el Fondo eligió una conducta confrontativa pero siempre cumplió puntualmente con los vencimientos.
En cambio Brasil actuó hasta ahora bajo el paraguas protector del organismo y luego de varios años sin recuperación y sin poder aplicar los anunciados planes sociales, comenzó el despegue de la economía, que crece a un ritmo del 5 %.
El lunes, el ministro de Finanzas de Brasil, Antonio Palocci, anunció que ese país no renovará su acuerdo con el Fondo Monetario de 14.000 millones de dólares firmado en el 2003 y que vence el próximo jueves.
El FMI completó la semana pasada la décima y última revisión de su programa con Brasil por 42.100 millones de dólares, que había sido firmado en setiembre de 2002 y extendido de forma preventiva en diciembre de 2003.
De esa suma, Brasil sólo llegó a utilizar 26.450 millones de dólares, dejando el resto a disposición para enfrentar eventuales crisis.
Esta decisión fue aplaudida también por el secretario del Tesoro estadounidense, John Snow, quien destacó que refleja "la solidez de la economía brasileña".
En un comunicado de prensa, Snow dijo que el anuncio del gobierno de Lula da Silva resultó "una excelente noticia".
"Bajo el liderazgo de Lula, las buenas políticas macroeconómicas de Brasil han reducido la inflación, han bajado la deuda del país, y otorgado las bases para un sólido crecimiento económico tras la crisis financiera de 2002", agregó Snow.