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El sistema aparentemente no funcionó, es por ello que sucedió el motín. Venimos trabajando desde el gobierno provincial para poder mejorar las condiciones', reconoció el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, en declaraciones radiales.Ante el temor de que se produzcan nuevos enfrentamientos, las autoridades penitenciarias decidieron suspender por 48 horas todas las actividades carcelarias. Asimismo, también se dispuso que ningún recluso reciba visitas por lo menos hasta el domingo, para evitar peleas entre los familiares.
Por su parte, los presos alojados en el pabellón Nº7 -en el que habría empezado la revuelta- permanecen aislados del resto del penal por cuestiones de seguridad, a tal punto que no pueden acceder al comedor del penal.
El lunes por la noche, la cárcel fue copada por un grupo de presos santafesinos (de la capital de la provincia) enfrentado con otro de rosarinos. Durante diez horas, el penal estuvo dominado por el horror: trece internos fueron asesinados, mientras otros seis sufrieron heridas.
Según se informó oficialmente, el grupo de presos santafesinos arrinconó a sus enemigos: acuchilló a diez, degolló a otro y quemó a otros dos apuñalados cuando agonizaban. Todo, para vengar la muerte de uno de sus líderes, ocurrida en una pelea la semana pasada.