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El 20 de mayo terminó en Lima una asamblea del Celam, a la que asistieron unos 80 obispos de todo el continente y en la cual el arzobispo emérito de Paraná, monseñor Estanislao Karlic, disertó sobre la teología de los documentos finales de las conferencias reunidas en Río (1955), Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992). En Lima se trató la próxima conferencia de 2007 y los presentes consideraron posibles sedes a la Argentina y a Chile.

"La sede que estaba prevista, en vida de Juan Pablo II, y con las condiciones y limitaciones propias de su edad, era Roma", dijo Aguiar Retes, quien estimó que sigue siendo previsible esa posibilidad.

Pero en caso de que fuera en América latina, agregó, los obispos consideraron que debería tocarle de nuevo al Cono Sur, donde fue el primer encuentro; el segundo fue en los países bolivarianos; el tercero, en la región de México y Centroamérica, y el cuarto, en las islas del Caribe (las cuatro regiones en que está organizado el Celam).

Consultado telefónicamente por LA NACION, Aguiar Retes aclaró que lo de la Argentina es sólo una hipótesis. Subrayó que Benedicto XVI tiene toda la libertad para decidir la sede y que no se quiere presionar al respecto al Santo Padre, pero añadió que en caso de que el Pontífice convenga en la posibilidad de hacer la conferencia en América latina, las alternativas más fuertes serían la Argentina y Chile.

Ambos países, expresó, tienen condiciones propicias para un encuentro de esa naturaleza, que reuniría a más de 300 obispos. En Lima, distintos miembros de la asamblea dijeron que sería conveniente que fuera en el Cono Sur, según precisó. Aguiar Retes recordó que Brasil ya había sido sede, hace exactamente 50 años, cuando el Celam empezó a funcionar.

En tanto, la atención del Papa se centró ayer en Africa, al recibir a obispos de ese continente, a quienes expresó su inquietud por la difusión del sida. Estimó preocupante que la vida africana "esté amenazada por el divorcio, el aborto, la prostitución, el tráfico de seres humanos y una mentalidad anticonceptiva, que contribuyen a la desintegración de la moral sexual".

Les dijo: "La compañía, la alegría, la felicidad y la paz que proporcionan el matrimonio cristiano y la fidelidad, y la garantía que da la castidad, se deben presentar continuamente a los fieles, especialmente a los jóvenes".