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Con la presencia de la totalidad de los miembros del gabinete nacional y las principales autoridades castrenses, el Jefe de Estado marcó su postura ante lo que consideró "un plan sistemático" que se perpetró "no sólo desde las Fuerzas Armadas" sino también desde varios sectores de la sociedad, con el objetivo de implementar un programa social, político y económico.

"En los momentos terribles de la noche dictatorial, fueron mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres, las que se organizaron para enfrentar a la barbarie: Madres y Abuelas de Plaza de Mayo", replicó Kirchner.

Ante la presencia de la titular de Madres, Hebe de Bonafini, quien admitió que ingresó a ese edificio "por primera vez", Kirchner sostuvo: "Esta casa y esta institución del pueblo las recibe con los brazos y el corazón abiertos, reconociéndoles su tremendo valor".

"Ese puñado de mujeres sin más poder que su dolor, su amor y su coraje, enseñaron el camino de la lucha para reconstituir un orden democrático y por conseguir una cuota de justicia y de verdad. Ellas fueron un maravilloso ejemplo de la resistencia frente a la barbarie que trató de suplir la lamentable defección de muchos otros", continuó.

La reivindicación del papel que tuvieron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo durante la dictadura también quedó cristalizado cuando Kirchner resaltó que "la verdadera vanguardia de la lucha contra la dictadura fueron las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo".

En otro tramo del discurso, Kirchner afirmó que se debe "poner fin a todos los códigos del silencio para evitar que los verdugos y asesinos se mezclen entre los inocentes, entre el pueblo".

Es por ello que consideró que "sólo con justicia a los culpables construiremos los cimientos para un país más justo, con todos los derechos humanos vigentes".

"Nuestro íntimo convencimiento es que no puede haber convivencia en paz y reconciliación mientras queden resquicios de impunidad", remarcó el Presidente.

Fue entonces cuando Kirchner dejó en claro su convicción de "la inconstitucionalidad" de los decretos de los indultos, aunque también recalcó que no será desde el Poder Ejecutivo desde donde se impulsará la medida, por lo que llamó a la Justicia a encontrar el camino que declare la "vigencia o inconstitucionalidad" de esa normas.

Su posición quedó marcada cuando sostuvo: "Mi decisión de seguir buscando la verdad y la justicia sigue siendo tan firme como mi respeto a las normas constitucionales y a las instituciones de la República en la que la certeza de que todo está indisolublemente unido".

Frente a militares, funcionarios y militantes, Kirchner también recalcó que la dictadura militar "no fue solamente responsabilidad castrense".

"También los sectores dominantes de la vida económica y cultural contribuyeron a construir esa Argentina sometida a una estrecha, mezquina y explotadora concepción del mundo", sostuvo.

Los secuestros, torturas y desapariciones que ocurrieron durante la dictadura y, además, las consecuencias de ese período, como la concentración económica, el desempleo y la pobreza fueron algunos de los puntos que destacó Kirchner como características del modelo impulsado por el gobierno de facto, por lo que consideró que es "imperativa la reflexión sobre ese período".

Kirchner hizo también referencia al rol que deben tener las instituciones militares en democracia.

"Debo hoy también decir acá que este edificio y todo establecimiento militar debe ser para siempre solamente la casa del general San Martín y sus hermanos en la lucha por la independencia: el general Belgrano y el almirante Brown", sostuvo en un momento en que su tono dejó entrever la emotividad de ese tramo del discurso.

Es por ello que anunció: "Queremos sentirnos orgullosos de que todos los uniformes de los soldados de la Patria sean respetados en su prestigio y vistos con alegría y no con temor, como ese temor que tuvimos hace 30 años, que veíamos un uniforme y creíamos que se nos terminaba la vida".

También con un claro tono de emotividad, Kirchner recordó el momento en que un periodista le preguntó a Videla por los desaparecidos y el ex presidente de facto dijo: "No están, no existen, no hay desaparecidos".

"Señor Videla -porque no merece que lo llame general- hay 30 mil argentinos que fueron desaparecidos de distintas ideas y hay cuarenta millones de argentinos que fuimos agredidos y ofendidos por su pensamiento fundamentalista y mesiánico. Espero que la justicia proceda y a fondo", concluyó el primer mandatario.