E
l paso de Ricardo Lospinnato por la presidencia del Banco Nación duró menos de cuatro meses. Arrancó el 12 de diciembre de 2005 y culminó el martes por la noche, cuando la ministra de Economía, Felisa Miceli, cumpliendo órdenes del pre sidente Néstor Kirchner, le pidió la renuncia, que se oficializó ayer.
Anoche se mencionaban algunos nombres para reemplazar a Lospinnato, entre ellos Roberto Feletti (acaba de ser desplazado del gabinete porteño tras la asunción de Jorge Telerman); Adelmo Gabbi (titular de la Bolsa de Comercio y con buena relación con el ministro Julio De Vido) y la actual vice del Nación, Gabriela Ciganotto, que fue, además, un factor clave en la caída de Lospinnato. También se mencionó a otro director del Nación, el jujeño Marcelo Quevedo Carrillo.
La salida de Lospinnato es un duro golpe para Miceli, que había logrado colocarlo al frente del Banco cuando ella reemplazó a Roberto Lavagna en Economía.
No es el primer traspié que sufren ambos. En diciembre Clarín informó que Miceli había elegido a la flamante esposa de Lospinnato, Sandra Lennie, como subsecretaria de Finanzas. Pero la Rosada le bajó el pulgar antes de asumir, a pesar de que su designación ya estaba firmada por la ministra.
"Motivos personales" argumentaban ayer cerca de Lospinnato para justificar la renuncia. Lógicamente, hay mucho más que eso en esta crónica.
En verdad Lospinnato cayó luego de desgraciarse con la actual vicepresidenta del Nación, Gabriela Ciganotto, que entre sus méritos para haber llegado allí computa su título de Contadora Pública, su paso como diputada por la legislatura de la provincia de Santa Cruz y su añeja amistad con la senadora Cristina Kirchner. En síntesis, una funcionaria "100% pingüina".
La historia de la salida de Lospinnato, según pudo reconstruir Clarín, se empezó a escribir a mediados de enero. Por esos días tuvo un encontronazo muy fuerte con la Ciganotto, en un intento por desplazarla del directorio y de sus cargos anexos, como alguno de los fondos fiduciarios que administra el Nación, y por donde pasa mucha plata.
Hoy el Nación es el banco con más depósitos del sistema financiero y además administra numerosos fondos fiduciarios con destinos específicos (energía, pymes, obra pública, etc.), cuyos números son bastante opacos.
Lospinnato evaluó mal la relación de fuerzas, alentado por algunos funcionarios del Banco que le habrían "garantizado" protección política. Pero no contó, dijeron las fuentes consultadas por este diario, con los apoyos que respaldaban a Ciganotto.
La hasta entonces directora del Nación se cruzó a la Casa Rosada minutos después del entredicho con Lospinnato y le planteó el problema directamente a Kirchner. Fue hasta allí en compañía de otra directora del Nación e íntima de Cristina: la ex senadora por Tucumán Malvina Seguí.
El presidente llamó a Miceli y le dijo escuetamente. "Gabriela se queda en el banco y, además, la nombrás vicepresidenta". Fue lo que ocurrió. El 27 de enero se produjo un enroque en la cúpula del Nación. Ciganotto saltó a la vicepresidencia en reemplazo de Oscar Ferrari, que sigue hasta hoy como director.
La salida de Lospinnato, se decía ayer, podría ser el inicio de un amplio recambio en el directorio del Nación. De manera sintética, y tal vez interesada, se decía que los directores "lavagnistas" tendrían los días contados. ¿Quiénes son?. El mencionado Oscar Ferrari más Eduardo Caballero Lascalea y Emilio García Escudero.
La "purga" podría llegar hasta algunos altos gerentes de carrera que, como suele suceder en los organismos públicos, forman la denominada "línea" que termina manejando los hilos del banco.(Clarín)
