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Ante esto el padre Eduardo fue a las casas, rezó varias plegarias, bendijo el lugar y arrojó agua bendita en las viviendas y árboles donde se vieron las extrañas figuras con “el fin de tranquilizar las almas vistas”.

Los vecinos indicaron: “Luego de la aparición de los duendes y la exposición en los medios, comenzamos a sentir miedo y por ello pedimos que viniera el padre de la parroquia”.

Se informó que conocido el tema “se acercó mucha gente, llamó otra e incluso hubo mentalistas o parapsicólogos que dieron sus opiniones a través de radios y otros medios”, notificó una de las voceras del grupo de más de 100 personas que juran haber visto el viernes 30 de diciembre siete duendes, los cuales en el momento de mayor tensión atacaron a personal de la comisaría quinta con piedras. El hecho en sí no fue confirmado por las autoridades de la dependencia, pero sí coincidieron en marcar que desde la oscuridad algo les tiró varias piedras.

Un sacerdote de la parroquia de la zona solicitó que no se difundiese su nombre por una cuestión “jerárquica”. Más allá de esto, el sacerdote comentó que “hay que tener cuidado con estas cosas que se están diciendo. Se deben tomar con pinzas algunos comentarios, y sin decir que se miente, se puede llegar a entender que hay algo muy fantasioso en todos los dichos”. “El tema de los duendes no tiene lógica y no se puede explicar racionalmente. Sé que algunas personas vinieron a la iglesia y pidieron asistencia espiritual”, sintetizó.

Aclaró que “es muy raro que se diga que vuelen y anden por todos lados, por lo que quedará en sus creencias decir algo que es hasta muy fantasioso”. Por otra parte, advirtió que “nadie ha pedido practicar un exorcismo, pero además eso sólo lo autoriza el obispo del lugar ante evidencias muy concretas de la presencia del demonio”.

“Por lo que nos contaron, acá no se ve algo diabólico o relacionado con el mal”, enfatizó.

Sobre la participación de niños en las observaciones, informó que “muchas veces ellos creen ver algunas cosas que no tienen la lógica suficiente”.

En ese marco, diferenció “la ayuda a las almas que se encuentran en el purgatorio a las que se debe ayudar con la oración, pero de allí a que se transformen en duendes, hay un largo paso”.

Prevención

En el barrio Antártida la sicosis llegó a todos los vecinos que “ahora optan por podar los árboles del lugar para evitar la llegada de los duendes”. Otro vecino dijo que en la zona de la barranca a veces “se ven a algunos hombres y mujeres en cosas raras, como son las prácticas de algún tipo de ritos como los umbandas que reclaman la presencia de espíritus para hacer el bien y el mal”. (Diario UNO)