E
l afectado padecía problemas económicos y familiares, por lo que decidió visitar una hermandad denominada Gregoriana de Galarza. Allí, según reza la denuncia, fue atendido por una o dos personas que se hacían llamar maestros y que en cada sesión o consulta le cobraban dinero para la ayuda que le harían. El tratamiento duró un mes, y así abonó el dinero, pero cuando se dio cuenta que todo era un engaño, estas personas ya no estaban en la ciudad. (Uno)