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La funcionaria provincial informó que el viernes, en horas de la mañana “se detectó esta anomalía en la mercadería que provenía de una compra a un proveedor del Estado registrado. Eran alrededor de 60 botellas de tomates triturados que llegaron a la despensa de la cocina del hospital. Allí los trabajadores rápidamente constataron la inscripción: Prohibida su venta”.

Alzugaray resaltó que “el distribuidor en cuestión ya había entregado distintos tipos de mercadería al hospital, pero en esta oportunidad se detectó la irregularidad y se denunció el hecho para que se establezca qué pasó”.

Aclaró que la compra fue controlada por los organismos del Estado. “Hubo cotejo de precios y medidas de control administrativa, pero el problema surgió con la llegada de esta mercadería al hospital”, señaló.

En ese marco, informó que “la distribuidora ya había efectuado anteriores entregas que fueron correctas. Esa empresa está registrada, tiene la documentación en regla y ganó la licitación oficial”.

Sobre las botellas de tomates con la inscripción que se utiliza en mercadería que podría formar parte de los programas sociales tanto nacionales como provincial, explicó que “las botellas estaban envueltas en un pack de plástico color blanco”.

De acuerdo a las autoridades del hospital, el problema provendría directamente de la distribuidora de Paraná, que debería aclarar cómo es posible que se distribuyan mercaderías que no están autorizadas para la venta.

La empresa en cuestión tiene su domicilio en calle Provincias Unidas de la capital provincial, a la que en anteriores oportunidades le compraron lácteos, dulces y otro tipo de productos.

“Verificado el problema, convocamos a personal de la comisaría 14ª, se labró la denuncia y luego se procedió al secuestro de la totalidad de las botellas de tomate que fueron remitidos a la seccional interviniente para ser puestas a disposición del juez de Instrucción en turno”, dijo la directora del neuropsiquiátrico, y agregó: “Hicimos la denuncia ante la Secretaría de Salud de la Provincia y a los responsables de Bromatología para que estén en conocimiento de esa situación”.

Alzugaray prefirió no arriesgar una opinión sobre la posible irregularidad. “Lo único que sé es que esa mercadería tiene una leyenda clara que indica que no se puede vender. El problema pasa en que esa mercadería fue comprada y pagada por nosotros”, agregó, para indicar que “la compra se hizo con los controles necesarios, hubo factura de por medio y no es regular que entreguen botellas de tomates con un sello de letras negras en la etiqueta con la inscripción descripta”.

“No puedo aceptar esta situación y por ello denunciamos el hecho. Es claro que esa mercadería no puede ser comercializada”, sentenció la directora del hospital.

Destacó más adelante que “esta es la primera irregularidad detectada y esto se supo por la propia intervención del personal del hospital, que se preocupó por el problema”.

Alzugaray comentó que “en la institución hay una oficina de compras que controla con extremada eficiencia y por ello se ubicó esta partida con problemas”.

Por último alertó que “la mercadería estaba habilitada con la fecha de consumo, pero esto es anecdótico frente a la prohibición de vender existente”. (Fuente: UNO)