U
n joven entrerriano que vive desde hace algún tiempo en la provincia de Buenos Aires, brindó "importantes" datos sobre el destino de Fernanda Aguirre, la chica de 13 años secuestrada en San Benito hace dos años, revelaron hoy fuentes de la investigación.
El testigo admitió ante el juez que entiende en la causa, Gustavo Maldonado, que un amigo suyo, a quien otros testimonios ya lo habían vinculado anteriormente con el caso, vio el destino que Miguel Angel Lencina -el principal sospechoso del secuestro que se suicidó en una comisaría-, le dio a la joven.
Aunque los detalles de la declaración se mantienen en un absoluto secreto, trascendió que el magistrado ordenará en los próximos días nuevas rondas de declaraciones para tratar de confirmar los dichos o desacreditarlos definitivamente.
El lunes pasado, un día antes de que se cumpla el segundo aniversario del secuestro y desaparición de Aguirre, una comisión policial viajó hacia Buenos Aires con la intención de contactar en una villa de esa provincia a dos personas que podrían aportar datos sobre el misterioso paradero de la joven.
El viaje de los investigadores fue decidido en el mayor de los secretos por el juez Maldonado, luego de recibir algunos datos "que podrían ser de interés para la causa", según las fuentes consultadas por la agencia "Telam".
La comisión logró ubicar a uno de los individuos buscados, que es el que le contó al juez el aparente destino de la joven, y del que tuvo conocimiento por el relato de su amigo, uno de los sospechosos de haber participado en el hecho, según lo adelantado.
Fernanda Aguirre, con apenas 13 años, fue secuestrada en San Benito el 25 de julio de 2004, alrededor de las 16, mientras caminaba hacia su casa, en momentos en que jugaban un partido internacional Argentina y Brasil.
Desde que recibió el caso la justicia interrogó a más de 100 testigos, ordenó el rastrillaje de casi un centenar de pozos de agua y de aljibes, envió más de 100 comisiones policiales a distintos puntos del país y del exterior e hizo allanar un centenar de prostíbulos en diversos puntos de Entre Ríos y de otras provincias, todo sin resultados positivos.
El principal sospechoso del secuestro de Fernanda, Miguel Angel Lencina, tenía una salida socio familiar cuando ocurrió el hecho.
El 6 de agosto de 2004, pocos días después de ser detenido, Lencina apareció ahorcado en la celda de la comisaría quinta de Paraná, donde permanecía alojado.
La justicia caratuló la muerte como un suicidio, pero sus familiares denunciaron que Lencina murió porque no pudo soportar las torturas a que fue sometido por la policía.
La viuda del principal sospechoso, Mirta Chávez, la única detenida por esta causa, se encuentra alojada en la cárcel de mujeres de Paraná, acusada de haber sido quien se comunicó telefónicamente con la familia Aguirre para pedir el rescate de 2.000 pesos exigidos para liberar a la adolescente.
El otro implicado en la causa es Raúl Monzón, a quien el juez Gustavo Maldonado, le dictó el 6 de este mes el auto de procesamiento como partícipe secundario en el hecho.
Monzón fue quien le brindó albergue a Lencina y a su esposa horas después del hecho en su casa de Barrio Belgrano, aunque siempre sostuvo que en ese momento no tenía ningún conocimiento del secuestro de la chica.
