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Según relató Mulet , los hechos se produjeron el domingo 30 de julio, poco después de las 6.45, luego de que Carlos Oscar Romero fuera detenido junto a otras dos personas, entre ellas una menor, por el supuesto robo de una moto de un comercio ubicado en avenida Almafuerte, en Paraná. En ese sentido, el profesional explicó: “Cuando estoy esperando en la guardia de la comisaría cuarta escuché quejidos de dolor. Entonces ingreso hasta atrás. En el camino un policía se interpone para que no pase, pero logré llegar al lugar donde estaba mi defendido”. El abogado describe la escena con la que se encontró como cruel, ya que su cliente habría estado esposado boca abajo y con dos policías arriba del cuerpo. “Un policía le pisaba los pies y otro arrodillado a la altura de la cabeza. A pesar de las bajas temperaturas Romero estaba descalzo”, contó. Ante tan grave situación, el letrado indicó que se abalanzó sobre personal policial y se interpuso entre los efectivos y el detenido. “Los funcionarios policiales se vienen hacia mí. Les digo que cesen con los malos tratos porque estaban cometiendo un delito”, señaló Mulet, que dijo haber recibido todo tipo de improperios por parte de los efectivos.

Además, la madre del detenido sufrió una fractura de muñeca al intentar intervenir para auxiliar a su hijo. Según fuentes la mujer fue operada el jueves en el hospital San Martín como consecuencia de las lesiones.

Las lesiones propinadas

Según indicó Guilermo Mulet los médicos de Tribunales constataron que su asistido sufrió 16 tipos de diferentes lesiones, entre ellas en la planta de los pies, que habrían sido provocadas con golpes con la cachiporra (bastón policial). En ese orden sostuvo: “Lo grave de todo esto no es el accionar brutal de la Policía, sino también el grado de impunidad con la que actuaron. Nos les importó absolutamente nada. Tenían a una persona reducida boca abajo y le pegaban por gusto. Además le fracturaron la mano a una mujer”. El letrado, que forma parte del foro de abogados penalistas de la capital entrerriana, manifestó que “antes de hacer público el hecho debatimos con los colegas sobre este aberrante episodio. Realizamos una queja formal administrativa ante el jefe de la Policía, Héctor Massuh, el Colegio de Abogados y el Superior Tribunal de Justicia“.

“Hay policías que se exceden”

Guillermo Mulet señaló que lamentablemente en muchos casos este tipo de hechos no son denunciados por temor a represalias. En ese sentido aclaró “es muy difícil probar este tipo de delitos, ya que muchos saben en qué parte del cuerpo golpear, pero si no se toman cartas en el asunto un día pueden terminar con la vida de una persona”. Paso siguiente afirmó: “Yo soy un abogado que asisto a las comisarías porque existen excesos por parte de los policías. Hay un incremento importante de este tipo de hechos en las seccionales y es lastimoso, porque vivimos en un estado de derecho que debe ofrecer garantías”.