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na vez más un incendio de características devastadoras afectó una estructura edilicia. Cuando aún se comenta la forma en que se destruyó una parte de la empresa Cartocor, otra vez los Bomberos Zapadores debieron intervenir en un foco ígneo de gran magnitud, esta vez se trató del depósito de la Dirección de Parques y Paseos de la Municipalidad de Paraná, ubicado en el barrio Francisco Ramírez.
Alrededor de las 9,30 de la mañana se escuchó una explosión dentro de la estructura edilicia asentada sobre calle Osinalde y de inmediato se vio cómo volaban por el aire las chapas del galpón. La mole de 50 metros de largo por 35 de ancho, se cubrió rápidamente de un espeso humo negro y llamas que aparecieron por todos lados.
La docena de trabajadores que se encontraban dentro del galpón alcanzó a escapar, aunque sin poder salvar las herramientas y maquinarias municipales y las motos y bicicletas de los operarios que se encontraban realizando sus tareas diarias en distintos parques de la ciudad.
El fuego se inició en el sector del depósito de combustibles que se usa para las maquinarias. El detonante del incendio habría sido una chispa producida por una amoladora, un cigarrillo u otro elemento parecido que afectó el tanque de combustible de 500 litros que es utilizado para combinar el aceite y la nafta que consumen las motoguadañas, motosierras y otras herramientas que se utilizan para desmalezar los predios.
Para controlar el incendio y sofocarlo definitivamente se debió recurrir a cuatro autobombas de Bomberos Zapadores y de Voluntarios, que con premura y coordinación lograron neutralizar las llamas. La tarea recién concluyó después de tres horas de ataque permanente al fuego y el posterior enfriamiento de lo poco que quedó en pie sin dañarse.
En medio de una campaña política sin parangón, se escucharon todo tipo de comentarios, incluso hasta de intencionalidad. Sin embargo, lo más importante fue conocer que, pese a las características del siniestro, nadie resultó lesionado de gravedad; sólo dos trabajadores sufrieron un principio de asfixia.
La suerte quiso que, de los 200 trabajadores, al momento del incidente sólo estuviesen en el galpón un puñado de gomeros y mecánicos. ¿Qué hubiera pasado si el problema aparecía a la hora de ingreso? Tal vez otra hubiera sido la historia.
En medio de la tensión, se puso en tela de juicio la capacidad de prevención. Desde la Municipalidad las autoridades advirtieron que se cuenta con matafuegos y otros elementos necesarios para este tipo de incidentes. La palabra de los funcionarios no fue correspondida por algunos delegados que no ocultaron su malestar por la situación y por la aparente falta de garantías y elementos para actuar en una emergencia de estas características. Más allá de esto, se destruyó: un tractor de jardín, tres motoguadañas, sies desmalezadoras autopropulsadas; una motosierra; ocho motocicletas; cuatro bicicletas; máquinas de la gomería y varias herramientas de todo tipo. A priori se estimó que las pérdidas superarían los 50.000 pesos, sin contar la afectación casi total del galpón y dependencias cercanas a la repartición oficial.
El director de Parques y Paseos, José Zapata señaló a UNO que “el golpe que recibimos fue grande, pero pese a esto la repartición el jueves estará trabajando a pleno. Una parte tratando de recuperar el galpón y la restante cumpliendo en forma normal las tareas en el resto de la ciudad”.
En este marco, el Jefe de Gabinete estimó que “una chispa habría producido el siniestro. Es un accidente que puede suceder, donde lo más importante es que no hubo lesionados”.
Remarcó el funcionario que “en el lugar se encontraban los matafuegos adecuados, como la arena, pero frente a la magnitud del hecho se necesitó la colaboración de los bomberos para controlar el incendio”. (Fuente: Uno)
