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n octubre, el barrio Jorge Newbery Este eligió una nueva comisión vecinal, después de que el 19 de mayo fuera anulado el mandato de las anteriores autoridades, encabezadas por Luis Mariani, un dirigente de aceitados contactos con el partido de gobierno.
La medida se tomó en una asamblea solicitada por vecinos, tras una serie de hechos de presunta malversación de fondos públicos que estaban destinados al comedor comunitario del barrio.
En octubre de 2004 se supo de casos de vecinalistas —ligados al PJ— que recibían aportes para proveer alimentos a personas carentes por dos vías: Provincia y Nación (ver recuadro). Por esa situación y la detección por parte de áreas gubernamentales de irregularidades en el manejo de las facturas de compra, el Estado decidió bloquear en noviembre de ese año las cuentas a Mariani con el dinero que recibía a través de la tarjeta oficial Sidecreer.
Paradójicamente, por resolución 3.543 del 21 de septiembre de 2004, el Ministerio de Salud y Acción Social, a cargo de Graciela Degani, había asignado un subsidio por el monto de 15 mil pesos a la comisión vecinal Jorge Newbery Este para solventar “gastos derivados de la adquisición de materiales para la terminación de la obra encarada de construcción de un salón comunitario en dicho barrio”.

TRANSPARENCIA. La resolución añade que el titular deberá rendir los gastos al Tribunal de Cuentas de la provincia, organismo que el 2 de diciembre pasado —transcurrido más de un año de la cesión de los fondos— informó que en la rendición 826 de 2004 sólo había tres comprobantes de gastos por 5.009,50 pesos. El informe del organismo responde a un pedido elevado por vecinos que se autoconvocaron en mayo para tratar de revertir la situación.
“La pregunta, entonces, es que pasó con el resto del dinero”, planteó Clara Erbes, la nueva presidente de la comisión vecinal. “Vamos a intimar al Tribunal de Cuentas para que pida una rendición. Los ciudadanos tenemos derechos a saber qué se hace con los fondos públicos”, agregó.
Pero además de ese aporte para infraestructura, la vecinal recibió 3.925 pesos del Programa Fondo Participativo de Inversión Social (Fopar), que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; en tanto que la Municipalidad de Paraná brindó materiales y aberturas, según los datos reunidos por los actuales vecinalistas.

SITUACIÓN. “Tomamos un barrio muy abandonado. Hace más de un año que no se hace nada, y en lo social, muy castigado”, confió Erbes para añadir que el comedor permanece cerrado desde que el Fopar retiró las partidas por presunta adulteración de facturas y también sobre la cantidad de comensales, mientras que la Provincia cortó el crédito de Sidecreer por la misma razón.
Por la Nación, a través del Fopar, el comedor comunitario recibía unos 4.330 pesos, mientras que el aporte provincial llegaba a unos 3.300 pesos; es decir, que en total se giraban más de 7 mil pesos por mes para el comedor. El padrón informado era de unas 170 personas pero el resultado de las inspecciones arrojó un número menor.
Así las cosas, la vecinalista afirmó que en la “gestión pasada se discriminó mucho a la gente de los hornos (de ladrillos), que tiene una comunidad infantil de más de 60 chicos, ya que no se les permitió entrar al comedor porque tenían falta de higiene”, dijo.

ENCONTRONAZO. La meta de la nueva comisión es volver a poner en marcha el comedor. Para eso, Erbes destacó el apoyo de la Municipalidad en la figura del Intendente y de funcionarios del área de Educación y de Comunidades Vecinales. Es que “saben de las necesidades de la gente” de la zona, sostuvo. De todas formas, el funcionamiento depende de la Provincia, donde la comunidad vecinal ya presentó un pedido para que se asignen partidas, medida que tendría resolución en el transcurso de enero.
La semana del 5 de diciembre, miembros de la comisión empezaron a trabajar en el salón, situación que generó un fuerte encontronazo con el ex presidente Mariani, lo que terminó en la presentación de una denuncia penal en su contra de parte de Erbes.
Sucede que el ex vecinalista se asigna la propiedad de la edificación y muestra —relató Erbes— un boleto de compra y venta. Pero la posibilidad quedó descartada por la gente de la vecinal, luego de que averiguara que el terreno donde está el edificio pertenece a un particular y comprobara los aportes realizados por el Estado para la construcción del edificio, que tildan de muy precario.
“No tiene luz, ni instalación de agua, no tiene baño, no hay revoque en la cocina y la cocina no tiene aberturas. Digamos que es un galponcito. Yo hablé con gente de Arquitectura de la Municipalidad para que medianamente tenga la instalaciones de agua y un baño”, informó Erbes.
La vecinalista señaló que la intención es inculcar la cultura a los chicos de lavarse las manos, comer e higienizarse los dientes (tenemos la donación del cepillo y la crema dental). Queremos tratar de que el chico tenga nuevos hábitos”, señaló para añadir que se necesitan dos duchas debido a que hay muchas casas que no tienen baño. (El Diario)