L
os malditos tiros de penal, -una lotería como lo calificara el técnico albinegro Román Serra-, y no pudo ser. Era lo único que le faltaba a este difícil juego para darle mayor dramatismo. En el segundo tiempo, el CAE había podido igualar el marcador con gol de Victoria Rodríguez, lo que motivó al plantel para tratar de sacar ventaja y al numeroso público que se dio cita el domingo pasado, en El Plumín. Pero la diferencia no se concretó, y sucedió justamente, lo que no quería este equipo local que había demostrado un gran crecimiento en cuanto a grupo y nivel de juego, llegó la definición por penales.Las santafesinas anotaron los cinco tiros, contra uno que había marrado el CAE, lo que hizo que el último no se efectuara, desatándose la euforia de unos y el desconsuelo de otros. Los penales son así, y en algunos casos, se aciertan con un poco de concentración, efectividad y suerte, para tratar de sorprender y contrarrestar la habilidad de la arquera. El CAE, un plantel que había demostrado cierta superioridad en este certamen, con verdaderos talentos, como Aranguren, Giraudón, Rodríguez, Caviglia y Re, no merecía este final.
No hay culpables, más allá del festejo de quiénes acertaron contra la bronca de la que no pudo, y que esa tarde una vez más, cumplió un gran papel en la cancha. Ya habrá revancha, algo similar les sucedió a Las Leonas en el último Champions Trophy frente a Holanda, donde no alcanzaron la medalla de bronce por los penales, y ahora piensan en el Mundial. (El Diario).