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En ese sentido, señaló que dichas sugerencias son “fundamentalmente en que no estamos de acuerdo con la reinyección a poca profundidad, como lo proponen la empresa mendocina Ponti y el ingeniero Rubén Rezett”, que están asesorando al municipio en el proyecto. Explicó que “ellos son quienes hicieron la reinyección del pozo de María Grande, que autorizó la gestión anterior y de la cual todavía no hay factibilidad definitiva, y nosotros creemos que no ha dado resultado”.

En ese marco, Moguilner reafirmó que “no estamos de acuerdo con que se reinyecte a menor profundidad, ya que se pretende realizar la reinyección a la misma napa de donde se trae el fluido termal”.

Al respecto, anticipó que “cuando salga el decreto reglamentario vamos a hacer muy exigentes en cuanto a la no dilución de agua salada con agua dulce”, y sólo se va a autorizar menos de dos gramos por litro para su vertido al río Paraná. “Se trata de cosas fundamentales, que no sólo se les va a exigir a las futuras termas que se quieran realizar, sino también a las que se están perforando”, acotó.

Precisó que el proyecto de la empresa es “realizar una dilución del agua con la propia agua superficial y ser volcada al río Paraná. Lo que nosotros estamos diciendo, en el caso del acuífero de agua salada, es que las aguas sean reinyectados a la misma napa de la que se extraen”.

Por último, señaló que “desde el punto de vista del medio ambiente, hemos planteado que el área específica de la Municipalidad, que es la Subsecretaría del Medio Ambiente, se expida al respecto, teniendo en cuenta que hay instituciones ecologistas que ya lo han hecho en forma contraria a la iniciativa. (APF)