L
a actividad sobresale en tanto el paso del tiempo ha dejado a Halle como el candidato más sólido dentro del bustismo de Paraná.
Aunque la proliferación de pasacalles proponiendo nombres para suceder a Julio Solanas pueda sugerir lo contrario, el desarrollo político de cada sector indica que una disputa seria dentro del grupo que lidera Busti se hubiera producido si, como se especulaba al principio, salían al ruedo José Cáceres y Blanca Osuna. Pero el titular del IAPV nunca largó y la diputada nacional amagó con hacerlo hace unos meses para luego retroceder. Eso le dejó el camino libre al secretario de Justicia del gobierno provincial.
Del pelotón de los actuales postulantes sobresale el secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio, Daniel Ruberto, que sin embargo, no tiene para exhibir un desarrollo importante de su reciente candidatura.
BENDICIÓN
El anuncio oficial de la actividad de esta noche explica que Busti “se referirá a la realidad política provincial, de cara a las próximas elecciones”. ¿Se puede esperar una bendición explícita para Halle? Sólo el Gobernador puede resolver ese interrogante y eso ocurrirá esta noche.
Lo que puede jugar en contra de esa posibilidad es que Busti priorice cerrar todos los frentes para evitar la interna en el PJ de Paraná.
Los manuales indican que una interna es conveniente en tanto el que la gana resulta legitimado y los que pierden deben acompañar tras aceptar que se les ha dado la posibilidad de competir. Pero esa regla general se debe ajustar a las coyunturas y la actual es la de un PJ partido al medio por la irrupción de Solanas como candidato a gobernador por un frente que competirá directamente en la elección general.
El argumento de los conocedores del paño político es que una interna en estas condiciones resulta “poco motivante”, debido a la baja estatura política de los adversarios que tendría el candidato de Busti. Si la disputa no es con el solanismo ¿cuánta gente se interesaría en votar un 17 de diciembre, el fin de semana anterior a Navidad?
Como pulso de la movilización partidaria resultaría claramente negativo: la oposición podría explotar
el bajo porcentaje de participación de afiliados e independientes que logra conmover el oficialismo.
Cualquier elección interna —aunque sea una interna de la interna— supone además la afectación de recursos económicos que en el PJ prefieren reservar para las generales del 18 de marzo, cuando de verdad se define la puja en el justicialismo con Solanas en frente.
Pero si alguno de los apellidos que se leen en los pasacalles se termina presentando, habrá que ir a la elección navideña. Dado el bajo desarrollo político de estos postulantes, la posibilidad de evitar ese costo político y económico es su principal moneda de cambio para obtener algún rédito. (El Diario)