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El presidente de UPM, Jussi Pesonen, reconoció que la compañía debe realizar una reestructuración para recuperar rentabilidad y recalcó que uno de los motivos de la reducción son las mejoras medioambientales requeridas para el funcionamiento de las plantas, que incrementaron "dramáticamente" los costos. "Los empleados de UPM trabajaron para recuperar rentabilidad pero no pudieron lograrlo. Los mercados tradicionales crecen muy lentamente y la sobrecapacidad estructural diluye nuestra posibilidad de utilizar eficientemente nuestras instalaciones", justificó Pesonen.

Según figura en el sitio de esta empresa en la Bolsa de Nueva York, Pesonen agregó que "los costos de la producción han crecido dramáticamente y competidores de Asia y Sudamérica ingresaron al mercado (...). Todo esto nos obliga a tomar medidas más drásticas".

La compañía, que tiene un 47 por ciento de participación en el grupo Botnia-Metsa, informó que despedirá al 10 por ciento de su empleados entre 2006-2008, lo que significa la pérdida de 3.600 puestos de trabajo.

Ninguna otra firma finlandesa cesanteó tantos trabajadores como prevé UPM y los despidos fueron anunciados inmediatamente después de que la empresa aprobara una inversión de 1.200 millones de dólares en el litoral de Uruguay.

El socio mayoritario de Botnia tiene una facturación anual de 11.200 millones de dólares y la reducción de personal causó conmoción en Finlandia, país escandinavo de 5,2 millones de habitantes donde los productos derivados de la forestación son la columna central de su industria.