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Textual

Hace dos años, los estudiantes de la UADER, aprendimos que sólo con solidaridad, organización y unión de las luchas podemos poner límites a los excesos autoritarios que, con descaro, nuestras autoridades interventoras llevan adelante. En aquellos días, el Rector y los Decanos, en nombre de una supuesta y falsa conveniencia, quisieron impedir el ingreso de miles de estudiantes a las aulas de las Facultades. Nosotros, todos juntos, sin pedirles permiso, se lo impedimos. Esto nos da muestras, en definitiva, de que somos fundamentales para el mantenimiento y consolidación de la excelencia y gratuidad de la Universidad Pública. Sin embargo, no sin indignación, seguimos encontrándonos en todas las Facultades con hechos que ponen en evidencia y nos demuestran que las características generales que inauguró la gestión Mathieu siguen presentes e inclusive en su faz más reaccionaria. La vergonzosa persecución y proscripción de estudiantes a fines del pasado año es, desgraciadamente, sólo un fragmento de esta actitud estructural.

Hoy estamos acá para movilizarnos en nombre de nuestra Ciudadanía Universitaria. Nosotros, el cuerpo estudiantil, no soportaremos jamás que se rife y se use con fines privados o partidarios la universidad que nuestros padres y hermanos con esfuerzo mantienen. Es por esto que les decimos al Gobernador y a sus funcionarios interventores, con el Rector Mario Mathieu en primer término, que esta universidad sólo será posible si es construida con nosotros y no sobre nosotros. Los estudiantes no somos objetos sobre los cuales recaerían sus decisiones, sino sujetos necesariamente partícipes en la construcción de la UADER. Con este evento les estamos diciendo a esos señores que no soportaremos más las arbitrariedades y caprichos fruto del compromiso político que los sostiene en sus cargos. La UADER es de todos, de la ciudadanía entrerriana en su conjunto, no del minúsculo grupúsculo de políticos facinerosos; grupo que es el responsable de que hoy ésta se parezca más a una mesa de trabajo para amigos del gobierno de turno que a una Universidad en construcción. No vamos a permitir que se juegue con la universidad y el destino académico de cada uno de nosotros, por lo tanto exigimos, vehementemente, democracia, funcionamiento de los órganos de co-gobierno; en definitiva: autonomía. Sólo por medio de estas instancias seremos capaces de sortear las dificultades que implica un proceso de normalización porque, como los hechos lo demuestran, las atribuciones excepcionales de una intervención sólo traen aparejada la corrupción y la idiotez institucional y burocrática.

Marchamos porque creemos que es nuestro deber comunicarles a todos los entrerrianos que la universidad que solventan podría ser realmente un espacio más justo y abierto al diálogo sincero y real. Sarcásticamente, sería posible suponer que, tanto el Rector como los Decanos, se ven en la obligación de reprimir los impulsos democráticos, porque sin esta actitud no tendrían modo de justificar su sueldo de funcionario público: evidentemente, como los hechos lo demuestran, no están capacitados para gobernar una universidad democráticamente constituida.

Basta de mentiras y ocultamientos, es una realidad: la UADER toda pide a gritos basta de intervención. Que los funcionarios del gobernador justifiquen su sueldo de otro modo, nosotros sabemos que nos podemos gobernar solos. Hace ya cinco años que la universidad está creada, y más de dos que la actual gestión ha dado comienzo y sin embargo muchos de los puntos urgentes no se han resuelto. El presupuesto no sólo no alcanza para lo que en una universidad es fundamenta, sino que, además, el insuficiente dinero que nos otorgado es pésimamente distribuido: (1) todavía no hay avances significativos en lo que títulos de grado con validez nacional se refiere y, (2) para colmo, incluso han modificado o pretendido modificar planes de estudio sin el aval o la consideración de todos los agentes institucionales en juego. (3) El sistema de becas de ayuda económica es ridículamente escaso en relación con la situación de pobreza que padece un número considerable de compañeros que asiste a universidad, francamente hace tiempo que necesitamos más becas para poder dedicarnos a estudiar, no nos escuchan. El año pasado, después de llevar adelante una lucha por varios meses, nos prometieron un aumento de 20.000 pesos en las becas UADER y no sólo Mathieu no cumplió con lo prometido sino que se gastó el dinero sin estar, por esto, obligados a dar respuestas. (4) La municipalidad de Paraná, a pesar de no tener reparos para aumentar los impuestos, dio de baja el boleto estudiantil gratuito que muchos compañeros recibían: exigimos una rápida resolución a quién corresponda sobre este punto, cientos de compañeros para poder estudiar necesitan viajar. (5) Finalmente, las áreas de investigación y extensión están en una situación pobre o baldía, ya que el presupuesto asignado es magro y mínimo.

No les estamos preguntando un por qué, las respuestas deben estar dadas en hechos concretos, ya hemos escuchado demasiados sermones. Ya nos cansamos de habladurías y discursos demagógicos y faltos de sinceridad. Como miembros de la comunidad académica exigimos una respuesta sin excusas sobre estos y otros puntos, dentro de los cuales también se cuentan (6) la situación edilicia y mobiliaria en muchos casos desastrosa, la inexistencia de diferentes insumos fundamentales, la necesidad de un régimen de dedicación que nos permita controlar el gasto por áreas.

Nuestro reclamo es, en este sentido, estructural. No se limita a las migajas que puedan ofrecernos como paliativos. Exigimos lo que nos corresponde, lo que es un derecho: que la Universidad Autónoma de Entre Ríos deje de ser un botín político en manos de aquellos que impunemente ayer quisieron cerrarla. Así, la parte sustancial que justifica nuestro presente reclamo no se apoya en una demanda caprichosa y coyuntural, no buscamos la satisfacción golosa de nuestras “necesidades”. Ponemos, por lo tanto, sobre la mesa discusiones fundamentales relativas al eje institucional de nuestra Casa de Altos Estudios porque, en lo que tiene de historia, no ha habido respuestas sustantivas que sumen a su Normalización. Por lo tanto exigimos: (1) democratización en las decisiones de la universidad, lo cual se logra sólo mediante un funcionamiento normal y regular de los órganos democráticos de la universidad y las facultades; (2) trasparencia, publicidad y participación en la confección y ejecución del presupuesto de la universidad; (3) avanzar efectivamente con los concursos ordinarios, lo cual nos permitirá no tener que soportar una intervención y poder elegir nosotros mismos nuestros rector y decanos; (4) funcionamiento no autoritario y eficiente de los espacios administrativos de las facultades, en definitiva, prácticas institucionales que tengan presente que los estudiantes no somos simples consumidores que estamos de tránsito por la universidad sino sujetos con la obligación de defender el carácter público, democrático y académico de esta institución que, no lo olviden, es solventada con el dinero no de un partido político sino de los enterrianos en su conjunto.

[i] En asamblea, los estudiantes decidimos marchar desde la sede de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (Corrientes y Urquiza) al Rectorado de la Universidad con el objetivo de manifestarnos en la explanada del edificio sito en Ramirez y Toscanini. Luego de la manifestación el documento fue recibido por funcionarios de la Universidad (Roberto Fariña y Oscar Barbieri, entre otros).