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Con sus dos metros de altura frente al puerto local, el río Paraná atraviesa un período de profunda bajante, que trae múltiples consecuencias. Entre ellas, la escasez de peces.El titular de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios y Recursos Naturales de la provincia, Ricardo Amavet opinó sobre la información difundida por UNO. Dijo que se trataría de la “mayor bajante de los últimos 73 años, lo cual es mucho decir”. Y apuntó que entre las alteraciones que produce la bajante, está el impacto en la fauna ictícola, concretamente en el ciclo reproductivo del sábalo. Si la situación “se prolonga en el tiempo” se podría declarar una veda de la pesca. Aunque advirtió que esto deberá ser determinado por la Nación, no por la provincia.
“Si se toma una medida semejante es para preservar las especies”, añadió. “Uno espera un repunte del río, que cambien las condiciones climáticas, atendiendo a la problemática social que rodea a la pesca”, dijo en ese orden, pero aclaró que “desde el punto de vista biológico” estarían dadas las condiciones para llevar adelante esa medida, y apuntó que la misma se produciría “en el caso de que la situación se prolongue en el tiempo”.
“Está dentro de las facultades que tiene la Provincia, pero es un riesgo, por tanto debe ser una decisión compartida por tres o cuatro provincias que hoy utilizan el río”, aclaró.
El funcionario aseguró que el Instituto Nacional del Agua (INA) de Brasil confirmó que es la bajante más pronunciada de los últimos años. La situación comenzaría a regularizarse en octubre; tal como pronosticó el INA, en ese mes lo normal es una altura en la ciudad de 3,40 metros, pero con la crecida apenas llegaría a 2,80 metros.
Por esta situación, muchos pobladores ribereños tienen que dedicarse a otro rubro, porque no sacan “para vender, sino sólo para consumo”, contó Cosita Romero, baqueano del río. En la ciudad eran más de 300 las personas que se dedicaban a la pesca artesanal para la venta y subsistencia de sus hogares, pero ahora sólo quedaron 150.
Si bien el Gobierno otorgó meses atrás una ayuda de emergencia, había un compromiso para otorgar otro apoyo, que aún no se concretó. (Uno)