Estamos presenciando una jornada histórica para nuestro país. Las mujeres siguen ganando las calles y mostrando la fuerza de sus convicciones y su poder de lucha.
Como dirigente político no puedo dejar de sentirme interpelado y comprender que más allá del resultado de la votación, la única verdad es que la Argentina ya no será la misma: una demanda social irrumpió, nos instó a aprender y madurar como comunidad, se instaló en la agenda institucional y continuará exigiendo claras definiciones y decisiones políticas.
Por mi parte debo decir que mis creencias religiosas me han acompañado a lo largo de mi vida, pero además de creyente soy peronista, y desde esa posición entiendo que mi lugar es estar del lado de los sectores más vulnerables. Considero necesaria la despenalización del aborto porque es una cuestión de salud pública y significa proteger a las mujeres que hoy no tienen otra opción que recurrir a la clandestinidad poniendo en riesgo su propia vida. Hay una desigualdad que genera muertes y urge ser reparada.
Celebro que nuestra democracia nos encuentre haciéndonos cargo de temas tan complejos, transformando conciencias y dando el debate que corresponde. Es un proceso que más temprano que tarde saldará una deuda con las mujeres y nos hará una sociedad más justa.
(*) Ex gobernador y actual presidente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos por el Frente para la Victoria.