En tiempos de incertidumbre económica, familias que tratan
de capear el temporal, parece que a algunos dirigentes les mueve más alinearse
con el gobernador que imaginar soluciones. Muchas voces se han alzado en torno
a si se debe o no volver a modificar la ley que dio certeza a la fecha de
elecciones en la provincia, descontando que esa potestad per se asegura un
triunfo electoral o al menos una mejor performance.
Pareciera que la única cuestión de Estado es asegurarle a
Bordet la lapicera para 2019. A los dirigentes que peregrinan al despacho de
Bordet a la foto reglamentaria pareciera no importarles que le vamos a sumar a
la situación financiera de la provincia una erogación de cientos de millones de
pesos con una elección desdoblada solo para mejorar las chances de Bordet.
Los antecedentes de Gustavo Bordet como estratega son poco
alentadoras, ya que la más reciente experiencia poniéndose el PJ al hombro marcó
la derrota más grande del PJ desde 1983. Con la lapicera en su poder armó una
lista con candidatos que lograron estrepitosas derrotas en sus terruños y fuera
de él no conmovían a nadie.
Ya en 1999 Busti tuvo esa potestad de decidir en su despacho
elecciones juntas o desdobladas, y en contra de lo que manifestaban todos los
dirigentes llevó la formula Maya - Schiavoni a la derrota por un capricho
personal.
Salvo la necesidad de congraciarse con la lapicera de
Kueider, no se explica que legisladores provinciales salgan a plantear que Bordet
“debe” tener esa potestad, que ya en 2003 hizo que Montiel nos haga elegir a
días del cambio de mando o en 2007 nuevamente Busti, después de sancionar la Castrillón,
haga elegir gobernador 7 meses antes del cambio de mando solo por una cuestión
de estrategia personal.
La ley provincial se adaptó a la ley nacional. Con las PASO
tenemos un sistema idéntico en Nación y en Provincia. A nivel nacional se
intentó con mucha antelación modificarla y se fracasó. En la provincia hay una
ley que no parece traer muchas soluciones y que se apura cuando estamos en
tiempo de descuento para los armados electorales.
Pese a ser peronistas no podemos confundir Etado con partido
político, y la ley no debe estar hecha a medida de un partido o de un
funcionario, ni para que gane el PJ ni para que la lista de diputados se haga
en un despacho de casa de Gobierno.
El debate debe darse y la postura formal de los peronistas
no la puede dar ni Bordet, ni Kueider, ni comunicados de prensa, ni conversos
furiosos. Es hora que el Peronismo haga un debate profundo con un Congreso a la
vieja usanza.
El que conduce debe contener a todos los sectores y
sintetizar diferencias, no cerrar el partido y seguir en el error de Busti en
1999 y 2007 de creerse más que el partido. No hay hombres iluminados por sobre
el resto, se acabaron los líderes indiscutidos. Si el peronismo quiere ser
competitivo no debe esperar que Bordet como estratega nos salve, sino que debe
buscar la forma de contener a todos los sectores y empezar a hacer funcionar la
democracia interna para que se legitimen los candidatos de una buena vez.
(*) Ex vicegobernador y ex intendente de Santa Elena.
(**) También firma Carlos Guillermo Reggiardo, apoderado de la Liga De Partidos Vecinales De Entre Ríos.