El fenómeno editorial protagonizado en los últimos tiempos por la ex presidenta Cristina refleja también el fenómeno político que ella misma representa como dirigente. Y así quedó expresado en su presentación en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. La muchedumbre autoconvocada bajo la lluvia y la diversidad de su composición lo confirman. Gentes de toda índole y procedencia compartieron el auditorio y la calle junto a rectores de universidades públicas, científicos e intelectuales. Allí, artistas, trabajadores y desocupados junto a dirigentes de izquierda y sectores del peronismo que supieron ser muy críticos y combativos de su gobierno, se dieron cita para escuchar a Cristina.
Ella los movilizó. Ni siquiera un partido o el aparato. Sin micros, sin promesas, sin la coca y el chori. Cristina y el recuerdo de sus gestiones peronistas con alta inclusión social –continuadoras de la transformación iniciada por Néstor- funcionan como el elemento aglutinador de la oposición a este gobierno anti derechos y anti estado de Mauricio Macri.
En su alocución, Cristina hizo un llamado a la unidad pero no con fines electorales. La unidad que nos propone implica definir un nuevo contrato social en el cual empresarios, sindicatos, sociedad civil, los partidos y el gobierno acordemos recuperar un proyecto de nación con un estado fuerte que regule las relaciones entre los sectores para que el esfuerzo y las recompensas por tal acción sean compartidos por todos. En definitiva, nos habló de lo que hoy no se habla, de crear trabajo, bienestar y asegurar derechos. De tener un futuro.
En la Argentina, en las próximas elecciones, se discutirá el rol del estado. Si volveremos a tener un estado promotor, garante, facilitador de un proyecto nacional de desarrollo industrial, productivo, científico, tecnológico y educativo, como sucedió hasta 2015 o si el estado seguirá desvaneciéndose frente al mercado como rector de la organización social del país, generador de miseria y exclusión.
La “democracia de los mercados” que nos impone el gobierno macrista nos ha llevado a la situación de angustia e incertidumbre que padecemos. El aparato productivo nacional está destruido pero se puede reactivar, como ya lo hicimos una vez con Néstor y Cristina. Los argentinos nos debemos unir si queremos recuperar un modelo de país que nos incluya a todos.
(*) Diputado provincial - Partido Justicialista