Soy docente de profesión y durante
toda mi carrera, antes como docente y ahora como actora política, mirando en
perspectiva el camino transitado hasta el 2019 me propongo aportar la presente
reflexión al debate sobre la cuestión docente, el sentido y el valor de educar.
Comprometida con la educación
pública siempre estuve. Hoy quiero hacer una lectura sobre esta decisión que
adopta AGMER. Creo tener autoridad moral para reflexionar en la materia y
humildemente hacer algún aporte.
Hay que trabajar mucho, y dar
cientos de batallas para cumplir con el deber de enseñar y garantizar, desde la
enseñanza pública, sobre todo, un derecho tan básico como la educación. Conozco
por profesión, por haber educado en zonas desfavorables, el desafío de ser docente.
He sido docente en Ceibas y Villa Paranacito. También fui Intendenta de esta
última localidad, dos veces. He librado verdaderas batallas para garantizar el
transporte fluvial, el servicio de lanchas regulares, seguras para que estén
dadas las condiciones mínimas de acceso a la escolaridad.
Siempre prioricé la lucha y
reivindicación del docente como mujer de la política. Conozco en primera
persona los desafíos. Pero jamás dejé de ir a cumplir con mi función y cumplir con
el cargo de enseñar en el aula.
Educar es algo más que una obligación. En lo personal es una obligación con
mayúscula, una responsabilidad de cargo.
Voy al punto en cuestión: esta historia del NO comienzo del ciclo lectivo en la provincia de Entre Ríos en tiempo y forma. Año tras año. Gestión tras gestión.
Siempre es la misma historia, los
mismos actores, el mismo final. Los
docentes terminan cobrando, el estado pagando, los políticos terminamos ganando
porque supimos resolver la demanda. Pero hay una consecuencia. Siempre en la
lista de perdedores están los alumnos. Los grandes perdedores, nuestros hijos.
Evoco lo que ya es Historia en Entre
ríos: hemos tenido gestiones de gobierno que en cuatro años apenas si pudieron
garantizar dos años de enseñanza, quizás menos. Meses y meses de medidas de
fuerza. Hasta un Presidente como Nestor Kirchner tuvo que venir, recién asumido
a Entre Ríos, a pagar sueldos para que COMEINCEN A DICTARSE LAS CLASES.
Imaginarse la perdida de esos
chicos cuando ingresaron a la universidad, da una dimensión aproximada del
daño. Las perdidas, lo no enseñado, lo no aprendido.
Creo tener autoridad moral para
decirlo. En alguna oportunidad, he apoyado la lucha. En este momento me atraviesa
la indignación.
No puedo creer que se resuelva una medida de fuerza de semejante tenor
como la que ha decidido democráticamente el gremio AGMER, sin valorar los
gestos del gobierno nacional y provincial para con la docencia.
Es un contexto de RECUPERACION DE
LA PARITARIA NACIONAL, histórica lucha y justa reivindicación. Un contexto
donde el GOBIERNO DE ENTRE RIOS CUMPLIO A RAJATABLAS con acuerdos salariales
que dieron lucha a la inflación agobiante que tuvimos y nos legó la gestión del
gobierno de Macri.
El gremio sabiendo perfectamente que aún quedan muchas luchas y debates pendientes, difíciles e importantes como la forma de ajustar salarios, la reforma en el sistema previsional provincial, poder soñar con una política de reactivación y crecimiento en general, por enumerar algunas cosas; en este contexto, la respuesta es PARO POR 72 HORAS.
Me pregunto, ¿los docentes han hecho lectura crítica - política de los gestos que el gobierno nacional y provincial han tenido para el sector?
La actual medida me parece que esta sostenida por criterios que no han sopesado el alcance que tiene el compromiso de educar. El que se sostiene con VOCACION y el que esgrime una visión del conjunto de la sociedad.
Me quedo pensando en la postal que queríamos para el primer día de clases en Entre Ríos. Esa donde madres y padres, trabajadores todos, comparten expectativas, la alegría del alistamiento de útiles, aprontes de guardapolvos - uniformes, la alegría de su hijo en clases. Aprendiendo saberes en la escuela. Como debe ser. Esa postal que todos tenemos de nuestros recuerdos familiares, “de aquella educación que, todos coincidimos, era mejor que la actual”, no será.
Esa foto, no la tendrá el gobierno entrerriano, ni la podrá exhibir políticamente. Ahora pienso en voz alta: ¿Es un triunfo gremial? ¿Se puede leer así?
Yo diría que no. Tendremos 72 horas de paro que se dictan a un gobierno provincial que CONVOCO A PARITARIAS PARA EL 6 DE MARZO, ergo NO SE SABE LA OFERTA SALARIAL. Una gestión que tal como lo expresó el Presidente del Consejo de Educación, PAGÓ EL COMPROMISO SALARIAL PARITARIO en un contexto sumamente crítico de la economía nacional, en el período anterior, y en un momento delicado desde el punto financiero y fiscal provincial.
Hago propias las palabras de quien hoy preside el Consejo de Educación, Martin Müller. El recordó, tras conocerse la decisión de AGMER, que el aumento del 57,6% en la masa salarial que se otorgó con mucho esfuerzo el año pasado, es un índice que lo coloca a los docentes entrerrianos cobrando por encima de la inflación.Debo ser sincera porque como dije, soy docente, madre y mujer de la política, no creo que esto sea un gesto que apuesta al dialogo.
El gremio hoy, no conoce, como ningún gremio provincial, la oferta salarial que hará el gobierno. No sabe cuál es el plan para que el trabajador de cualquier sector público, no pierda frente a esta situación económica critica.
No está la postal, gobierno
inaugurando clases, familia, guardapolvos, alumnos en las aulas. Pero atención,
tampoco el gremio esgrime su mejor estrategia como grupo de poder político
gremial.
Cuando no hay razones legítimas, se deslegitima la acción. Una conducción gremial que no supo ver – valorar- los gestos políticos que se han tenido para la educación de los últimos años es una conducción que cierra caminos. Cuando se cierran caminos es difícil encontrar la propuesta superadora.
(*) Diputada provincial Frente de Todos.