Hoy
31 de marzo en la argentina tenemos 960 infectados de Coronavirus y 27 muertos,
seguramente una suma ínfima de lo que terminaremos teniendo cuando se cumplan
los ciclos. Extrañamente y contra todos los pronósticos que hubiesen podido
haber, los países más desarrollados del mundo como EEUU, China, Italia, España,
Alemania y Francia se encuentran en la horrible competencia por quien registra más
infectados y más muertos, superando por muchos miles al resto de los Países.
Esta
pandemia que está sufriendo el planeta ha desnudado totalmente las
consecuencias nocivas que puede tener una globalización tan asimétrica como se
estaba dando en el mundo, donde las potencias dominantes sometían a las
restantes a la marginalidad económica, científica y tecnológica, con
consecuencias nefastas y condicionando hasta la necesidades primarias de los
pueblos como son la alimentación, la salud y la educación.
La
pandemia que azota al planeta seguramente tendrá consecuencias que aún no se
imaginan, no solamente en lo sanitario con los millones de infectados y cientos
de miles de muertos, sino que también producirá un descalabro económico mundial
sin precedentes que repercutirá fuertemente en las actividades comerciales,
industriales, empresariales y de negocios internacionales, sino que ocasionará
también una aguda crisis social y laboral, especialmente en los países en vía
de desarrollo y subdesarrollados.
También en las distintas sociedades del mundo este flagelo impactará fuertemente.
Hasta la actualidad, las sociedades eran el espejo de sus países, donde liberadas a la voracidad de los mercados, crecían con enorme asimetrías de clases, totalmente insolidarias y con las inevitables diferencias en lo que respecta a la Salud, Educación y las demás necesidades de los pueblos para vivir con dignidad.
En
algunos meses, cuando esta triste novela con sus nefastas consecuencias
sociales y económicas haya terminado, seguramente los líderes del mundo, sin
distinción de ideologías y habiendo tomado nota del fracaso de la construcción
mundial, crearán un foro representativo de los cinco continentes y comenzarán a
trazar un nuevo orden mundial donde desaparezcan las grandes desigualdades y
asimetrías, donde se impongan normas de colaboración y asistencia para un
crecimiento económico, científico y tecnológico simétrico, porque nos habremos
dado cuenta que no se precisó la decisión de ningún líder mundial para declarar
una guerra, sino que el enemigo silencioso, invisible y tan mortal como un arma
nuclear ingresó, avanzó y nos atacó por donde ningún país, ni siquiera los más
poderosos pudieron evitarlo.
Toda crisis es una oportunidad, esperamos tener la lucidez necesaria para que a partir de ahora nada sea igual y construyamos un mundo mucho más igualitario, solidario y con posibilidades para todos.
(*) Ex concejal de la ciudad de Paraná - Dirigente de la Unión Cívica Radical