Hace 200
años Francisco "Pancho" Ramírez, junto a otros caudillos, luchó por
instituir el Federalismo frente al centralismo establecido en Buenos Aires. Los
porteños, vale recordar, adquieren esa denominación por su proximidad con el
puerto que, por entonces (así como hoy) era un asunto capital.
Buena
parte de la disputa histórica entre Buenos Aires y las provincias, durante el
siglo XIX, tuvo que ver con el control de la aduana y el puerto. La fuerza
instituyente, no obstante, no pudo con el poder instituido y la situación se
saldó recién hacia mediados de siglo.
A 200
años de estos hechos la historia hoy nos pone nuevamente frente a un debate
similar. Este nuevo capítulo lo constituye, la Hidrovía Paraná-Paraguay, que es
una vía natural, navegable, conformada por los ríos Paraguay y Paraná por
donde, se estima, circula el 80% de la exportación nacional.
Ahora
bien: ¿cuál es el estado actual de la Hidrovía? La misma está concesionada a
empresas privadas desde 1995, cuando bajo la excusa de la "reforma del
Estado" el gobierno peronista de Carlos Menem delegó la administración de
la Hidrovía en privados foráneos. La firma belga Jan de Nul tiene la concesión
y su contrato vence el 20 de abril de 2021.
Ante esta situación el Gobierno de Alberto Fernández, en agosto pasado, suscribió con los Gobernadores de Entre Ríos, Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Formosa, Misiones y Santa Fe el denominado Acuerdo Federal de la Hidrovía.
Bordet fue parte de la
foto que, además, establecía la decisión de crear una sociedad del Estado para
la administración federal de la Hidrovía Paraná-Paraguay, con participación del
51% para el Estado nacional y el 49% para las provincias intervinientes. En
este esquema, a Entre Ríos le correspondería un 7%. Esto implicaba, de alguna
manera, reanudar el control de la Hidrovía, fortalecer la soberanía del país y
la aplicación de criterios federales en su administración.
Sin
embargo, llamativamente, dos meses después el Poder Ejecutivo emitió el Decreto
949/20 por intermedio del cual facultó al Ministerio de Transporte de la Nación
a elaborar pliegos para un nuevo llamado a licitación para concesionar la
gestión y cobro de cánones por el dragado, balizamiento y mantenimiento de la
Hidrovía Paraguay-Paraná. La decisión le valió al Presidente reproches dentro
del propio oficialismo del Frente de Todos.
En
términos de recursos la gestión de esa vía navegable genera una facturación de
unos 200 millones de dólares al año. Si se aplicara el Acuerdo Federal de la
Hidrovía Entre Ríos podría obtener unos 14 millones de dólares al año que,
convertidos al valor oficial, significarían unos 1302 millones de pesos, una
suma nada despreciable para una Provincia en crisis y default. Estos recursos
podrían destinarse al desarrollo de la infraestructura portuaria, como así
también de las comunidades asentadas a la vera del río.
El
silencio oficial de las autoridades provinciales, ante estos hechos, aturde y
no se avizora una encendida defensa de los recursos y los intereses de los
entrerrianos. Por eso es clave poner este tema en la agenda de discusión
pública, legislativa e institucional, porque además de recursos se trata de
soberanía y de la posibilidad de mejorar la infraestructura portuaria
provincial.
Es
imperioso, además, avanzar en obras para mejorar la navegación y la ampliación
de otros tramos de la Hidrovía, como el canal Magdalena, ya que esto
potenciaría la navegabilidad de los puertos argentinos en su conjunto. De este
modo se consolidaría una salida alternativa al Atlántico por aguas argentinas y
se garantizaría la vinculación de los puertos atlánticos con los fluviales.
El
Gobernador Bordet y el oficialismo provincial tienen, en esta circunstancia, la
oportunidad de hacer suyo el legado ramiriano y el ideario del federalismo para
trazar un eje de desarrollo estratégico para el futuro. Es clave que no dejemos
pasar esta oportunidad.
(*) Presidente Municipal de Chajarí (departamento Federación).