Cada vez más se libra la batalla por la imposición de temas y discursos en la agenda mediática, también se siente más fuerte el olor a rosca, y no de Pascua.
Desde las diversas perspectivas, los temas a discutir que se
tiran sobre la mesa son distintos dependiendo de donde vienen, pero también
existen asuntos en común que la mayoría de las veces presentan miradas
totalmente antagónicas y que en la mayoría de los casos no dan lugar a la
existencia de mínimas autocríticas.
En la pluralidad de los sectores políticos hay dos que
acaparan casi todo el espacio mediático. Monopolizan periodistas, medios,
personajes mediáticos y a través de todos ellos en gran medida a la mayoría de
la opinión pública. Estos son el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
Enfriado el tema de las vacunas VIP, y adentrada la campaña
de vacunación con la llegada en total de más de 7 millones de vacunas en los
últimos días, el FdT pone el eje en vacunar y salvar vidas, es decir la salud.
Algunos podrán decir es de manual, sí, pero por más que les pese a muchos, y no
como quizás se prometió en enero acerca de la cantidad que se iban a tener a la
fecha, pero las vacunas están llegando y la sensación que genera un vacunado en
las familias es muy fuerte. Ver a los abuelos vacunados es una de las pocas
alegrías que se viven en estos tiempos difíciles.
Por la vereda de enfrente, están a la expectativa en
desplegar todo el aparato mediático ante cualquier paso en falso. Por ejemplo
tenemos lo que sucedió con las vacunas VIP y ahora hace muy pocos días atrás
con los datos que brindó el INDEC acerca de la pobreza.
Los números, alarmantes por cierto, cayeron justo como
anillo al dedo para hablar de que el peronismo es una fábrica de pobres, que el
negocio peronista pasa por darle planes a los pobres para que los voten,
decantando en ya no 70 años de peronismo, pero sí en que de los últimos 30 años
la mayoría fueron gobiernos peronistas. Un discurso que al parecer no pasa de
moda, superficial y que siempre prende en los anti. La frialdad de los números
que hoy marca el INDEC es de un 42% de personas sumidas en la pobreza, Macri se
fue con un 35,5%. El diferencial es prácticamente casi el mismo que aumentó el
ex gobierno de Cambiemos sin pandemia entre el 2017 y 2018, nada que festejar,
tampoco mínima autocrítica.
Cambiando de tema, desde el oficialismo al parecer con la asunción de Soria como flamante ministro de Justicia, declaró una guerra. Pareciera que no quedan dudas de que muchos de los esfuerzos del frente estarán destinados a poner a la justicia en agenda, marcar sus errores, falencias, corrupción y falta de respuesta a la sociedad, quien desde hace años viene acarreando una mala imagen respecto de ella.
De la mano de esto se exige
justicia respecto a las causas que posee el ex presidente y la ex presidenta.
De un lado tiran con que son corruptos, del otro también, aquí unos son santos
y los otros diablos, no importa de qué lado se mire, sirve para los 2, y de a
ratos hasta para los 3 (FdT, Juntos por el Cambio y la Justicia).
La economía desde una concepción más general es otro punto
en común donde ambos sectores buscan contraponer discursos y llevar agua para
sus molinos. Desde un sector indican que la economía cayó y estamos como
estamos por la cuarentena extensa (no por la pandemia) tirándole todo el fardo
al gobierno de Alberto y Cristina, y si alguien les dice pero estábamos mal,
ustedes vienen de ser gobierno hace 1 año y medio, y la mayoría de los índices
por no decir todos los que dejaron en materia económica eran negativos, te responden,
pero... ¿Quién gobernó más en los últimos años? (sin salirse del libreto).
Por el otro, ponen a los 4 años del macrismo como uno de los
mayores desastres económicos que le tocó pasar al país en la historia, y que a
los 3 meses de empezado el nuevo gobierno cayó la pandemia lo que profundizó la
crisis, pese a ello desde el oficialismo buscan no repetir tanto y hacer mella
de la herencia recibida, lógicamente de vez en cuando sacan a relucir el pasado
cercano, pero parece que "el relato" oficialista tiende más a buscar
la positiva y en eso empiezan a evidenciar números de recuperación económica,
incluso exponen índices proyectados de crecimiento más positivos de los que se
esperaban para este año, entre algunas cosas por el rebote económico, pero también
se anotan medidas tomadas, como la renegociación de la deuda uno de los mayores
logros, el ambicioso plan de obra pública, etc.
Mientras en la diaria la economía está a punto de
ebullición, los aumentos en alimentos y combustibles suceden semana a semana,
sumado a la fuerte caída del poder adquisitivo de los sueldos en pesos de los
últimos años que viene jaqueando los bolsillos de los argentinos, el
descongelamiento de servicios podría decirse será todo un desafío.
Otro tema de la agenda fue y es la fecha, o las fechas de las elecciones, un debate que viene desde finales del 2020 y principio del 2021, que se enfrió mientras duró la calma de la pandemia en el país, y ahora con la llegada de la "segunda ola" volvió a estar arriba de la mesa. Aquí hay de todo, lógicamente están quienes pretenden sacar beneficios respecto a la cuestión, pero también el sentido común parece que aflora.
Por suerte ya hay antecedentes en Chile de postergación de elecciones y la verdad que salvo a los rosqueros y votantes partidarios, no creo que sea un tema que desvele al común de la gente. Lo que no significa que sea algo menor tomar la decisión a conciencia acerca de movilizar o no en plena segunda ola de la pandemia a millones de argentinos para que expresen su voto. Si la situación sanitaria es desalentadora es un riesgo incalculable, y además aquí surgen preguntas, ¿Cuántos por miedo a contagiarse dejarán de ir a votar?
Veo a muchos
opositores preocupados por posibles postergaciones, o suspensiones ya que les
complica las internas, pero... ¿no será que hasta les conviene?, porque si
salen a votar los núcleos duros, está más que claro que muchos poseen muy pocos
fieles. De no modificarse el calendario y siendo que se convoque a votar con
una situación sanitaria en riesgo, esto consecuentemente podría favorecer
dentro de la oposición al radicalismo, por ser un partido con más años y
afiliados.
La o las fechas de las elecciones hasta que se definan, economía (principalmente inflación y pobreza) y la salud, de la mano de la corrupción y la justicia son los pilares centrales de la agenda electoral que se está comenzando a instalar cada vez con más fuerza. Nadie se asombre por las posibles historias que puedan surgir dentro de estos temas en los próximos meses.
Sin que sepamos a ciencia cierta, cada vez estamos más cerca de las elecciones, ojalá comiencen a levantar un poco el nivel de las discusiones, prime el sentido común y el trabajo por el bien de los argentinos, que no sea todo para la tribuna, el electorado y el país se lo merecen.
(*) Director de Pulso Consultores.