Lunes 20 de septiembre de 2010
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Policiales
Análisis genéticos complican al acusado de asesinar a dos policías
Los cabellos hallados en el bolso que el asesino dejó en el lugar del crimen fueron cotejados con el patrón genético del acusado, Ricardo Ferreira, y el resultado fue positivo. Además, se resolvería la situación procesal de Mauro Rojas.
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Varias acusaciones se desprenden del asesinato de los dos policías.

C

on la recepción de una prueba pericial que se encontraba pendiente, el juez de Instrucción, Jorge Barbagelata Xavier, resolverá esta semana la situación procesal del primer imputado del doble crimen, Mauro Rojas, a quien en su momento el magistrado le dictó la falta de mérito. El Laboratorio de Genética del STJ cotejó numerosos cabellos encontrados en el bolso que el asesino dejó en el lugar del hecho, con los patrones genéticos del presunto homicida, Ricardo Rubén Ferreyra, y dieron positivos. Dicho bolso, que “El rosarino” dejó tirado en la vereda de la Cochería San Pablo tras asesinar de manera despiadada y alevosa a los policías Marcelo Zárate y Elio Muñoz, contenía una foto que en el reverso de la imagen había anotado de su puño y letra una leyenda alegórica a esos “años felices” y el nombre de sus hermanos. También llevaba un pan de 326 gramos de marihuana, un cuchillo, y varios proyectiles de 9mm. Además de una campera de la empresa Cliba, que presuntamente sería de su padre, unos anteojos, una campera, una gorra y varias prendas de vestir de las que se tomaron varios pelos para ser analizados en el Laboratorio de Genética del STJ y cotejados con el ADN de Ferreyra. Con el resultado de esos exámenes, el juez de Instrucción Jorge Barbagelata Xavier estaría esta semana en condiciones de correr vista de la causa al fiscal y las partes, para elevarla a juicio. Pero las pruebas que comprometen a Ferreyra en el doble crimen no son sólo de carácter científico. Los testigos ocasionales que alcanzaron a presenciar el momento en que el cabo 1º Zárate identificaba a una persona desconocida pero que luego individualizaron en la rueda de reconocimiento a las que fue sometido el procesado, el papel hallado en el pantalón del Zárate con los datos que alcanzó a tomarle al asesino antes de que este lo ultimara de dos balazos en momentos en que quiso requisarle el bolso, y otros elementos contundentes, indican que fue él quien mató a los dos uniformados. Entre éstos, resultan decisivos los testimonios que en sede judicial brindó una persona que lo vio en la zona de la costanera, en cercanías del Club Náutico, cuando buscaba a alguien que lo cruzara a la isla para esconderse y a quienes le habría confesado: “maté a dos policías”. Las jóvenes que lo vieron correr por calle Dasso, con dirección Norte hacia calle Noalles, también lo reconocieron por su aspecto y porque recordaron que le faltaban algunas piezas dentales. Su propia madre admitió que esa madrugada Ferreyra se presentó en su casa, tras casi 15 años de ausencia y pidió quedarse, pero que como a las tres de la madrugada se fue porque su actual pareja no lo quería allí. En la causa existe una testigo que dice que su madre confesó que al despedirlo lo palpó en la cintura y percibió que escondía lo que podría ser un arma. La figura de “doble homicidio triplemente calificado en concurso ideal”, con el que Barbagelata caratuló la causa contra Ferreyra se confirma también con las pruebas aportadas por la cámara de la farmacia ubicada en la esquina de Mitre y Eva Perón, que registró el paso de una persona que cojea con su pierna derecha. Como comprobaría después el médico forense al examinarlo, Ferreyra tiene alojado un proyectil de vieja data en la rótula de esa misma pierna. El mismo médico fue el que constató las lesiones que presentaba en su cuerpo el primer sospechoso, Mauro Ramón Rojas, las que presuntamente se las habrían hecho funcionarios policiales cuando lo apresaron en la casa de su hermana media hora más tarde de los asesinatos de sus colegas. La causa por apremios ilegales que inició la madre de Rojas en la Secretaría de Derechos Humanos de Rosario será investigada por razones de competencia por la filial entrerriana de ese organismo. No será la única derivación que tendrá el caso. La Justicia tendrá abrir en algún momento otra causa penal por falso testimonio contra la oficial Sub Inspector, quien declaró haber escuchado de boca de Elio Muñoz, mientras agonizaba, “fue Rojas, el que se fue hoy”. La funcionaria policial mintió esa noche y volcó la investigación contra alguien que no había tenido absolutamente nada que ver. Según ella misma contó, Muñoz le alcanzó a responder cuando le preguntó como iba vestido el atacante: “estaba de campera oscura y jean, no sé Negra, pero fue Rojas el croto de hoy”. Rojas había permanecido demorado en la alcaidía de la Jefatura Departamental entre las 7:30 y las 20:00 del sábado por un caso de arrebato. Tarde o temprano la responsable de semejante despropósito deberá dar, sentada en el banquillo de los acusados, las explicaciones del caso. Fuente: (Diamante Noticias).
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